25 de noviembre de 2009

0016- LA DÉCADA PRODIGIOSA, EN CABANES.

No amigos, no. Lo siento por los numerosos fans, entre los que me cuento, pero ni la "Década Prodigiosa" como grupo, ni tampoco el famoso Musical en el que muchos de sus componentes participan, tiene prevista su actuación en Cabanes. ¡Que lástima! Maravillosos intérpretes y maravillosa etapa de la música y del mundo, las décadas de los 60, 70 y 80... ¿Realmente fueron tiempos especiales o es que fueron los centrales de mi vida y por lo tanto los mejores para mí?... Sin duda, un poco de todo. Fin de la broma.
Una vez más he repetido mi costumbre, como dicen lo hacía Jesucristo, de titular (más que hablar) por medio de "parábolas". Para mí es una forma chistosa de encabezar mis escritos, disfrazando la realidad que sigue a continuación en cada uno de ellos aunque, eso sí, ajustándome al contenido.

En la entrada que nos ocupa en el día de hoy, para que así sea, en primer lugar los hechos tienen que suceder en Cabanes y posteriormente tratarse de un verdadero Prodigio que, además, ha de tener una duración aproximada a diez años. (Una verdadera lástima que no se alargara más en el tiempo y en el espacio...)
Se tenían noticias por los medios de comunicación que tales acontecimientos sucedían pero, al igual que ocurre con los milagros, siempre era en lugares remotos. Nunca había ocurrido algo parecido en nuestro pueblo. De repente... ¡Aleluya!
-¡A fulano y a mengano les han comprado una finca (secano de nula rentabilidad valorado en ese momento a 60 Ptas./M2.) y se las han pagado a 600 Ptas./m2... diez veces su valor real!

En los pueblos ya se sabe... La pólvora es tortuga perezosa, en comparación con la velocidad con la que la noticia recorrió la pequeña población. Para que nos entendamos el precio pagado era el máximo que se cotizaba entonces por un huerto de naranjos, en todo su esplendor y situado en el mejor punto del litoral.
El corredor que había cerrado la operación de compra, vecino del mismo Cabanes, no soltaba prenda y la gente, maravillada por la suerte de los vendedores, hacía sus cábalas al respecto.
-¡Será para hacer una fábrica! -dijo uno.
-¡Es mucho terreno, parece que se trata de un coto privado de caza! -respondió otro.
-¡Dicen que van a hacer un circuito de Fórmula 1! -añadió el de más allá.
El corredor cabanense, siguiendo las órdenes recibidas, silencio total...

Pasaron los días y a los nombres de los indicados vecinos se sumaron otros tantos que, para desdicha de los primeros, dijeron haber cobrado a 1.000 Ptas./m2.
-¡Todo mentiras! -dijo el envidioso de turno que para él quisiera ofertas de ese calibre.
-¿Mentiras? Lo sé de primera mano -respondió un contertulio.
-¡Al precio que cobré vendería todo lo que me queda! -sentenció uno de los que vendieron primero, que estaba entre los presentes.
-¡Sí, sí pero has perdido casi 70.000 duros por hanegada! -recalcó el envidioso.
Los que vedieron cobraron, que era lo importante, y a éstos siguieron otros y otros, que también vendieron y cobraron y a mayor precio cada día que pasaba, llegándose en pocos meses a las 2.000 Ptas./m2 y más. ¿Donde estaba el límite?, se preguntaban todos. Pero como pasa en todas las cosas de la vida el tiempo, que todo lo madura, trajo la luz y las dudas se despejaron...
Existía un proyecto para un Parque Temático (Mundo Ilusión) a construir en la Ribera de Cabanes y ello revalorizaba las actuales tierras que, previa aprobación (municipal y autonómica) pasarían a ser urbanizables.

No solo se trataba del Parque Temático, si no que a éste se añadirían varios Campos de golf, Urbanizaciones e infraestructuras de todo tipo. Se decía, además, que para que todo ello llegara a buen puerto tenía que hacerse también un aeropuerto, infraestructura pedida desde mucho atrás por Castellón y que seguramente se materializaría en las cercanías de Cabanes. La zona de interés urbanístico abarcaba varios millones de metros cuadrados y la "Lotería" tocaba a una gran parte de la población y, como era de esperar, vino la especulación. Varias compañías se disputaban la compra de terrenos, aunque "Construcciones-2000" (Marina d'Or) se llevó rápidamente el gato al agua y gente trajeada pululaba por la pequeña población, portando llamativos maletines, sin duda llenos de billetes (como así era) visitando casa por casa a los perplejos propietarios, todos ellos agricultores, ofertando mejores precios de compra cada día que pasaba y firmando compromisos de venta que se acompañaban de sustanciosos fajos de billetes, como señal. Pero la duda crecía... ¿Cuando vender?

La gente alucinaba y cada día era más reacia, pensando que solo Dios sabía cual era el valor real de sus tierras. Cada uno de los que vendieron, lo hizo a precio y condiciones diferentes a su vecino. Muchos de ellos, pretendiendo esquivar la especulación sobre sus tierras, lo permutaban por obra futura y algunos otros, que la compañía no logró convencer para que vendiesen ni permutasen (los más "listos") se asociaron con los promotores, es decir: ¡¡¡vendieron a cero pesetas...!!! aunque, ¡eso sí!... eran "socios" y se les invitaba a las reuniones y eventos que la promotora organizaba. Finalmente hubo otros, los "super-listos", que no vendieron jamás esperando un precio-límite que ni ellos mismos sabían cual era. En fin, que de todo hubo en "La viña del Señor".
El que escribe (menos listo que los anteriores) pobre de solemnidad en cuanto a tierras, también en lo demás, no tenía mas que una finca en la zona por la que le ofertaron, tras varias negociaciones, ¡¡¡16 veces su valor!!!.

Nunca pensé vender pero tras cuatro visitas y oportunas ofertas del corredor, cada una de ellas cuatro o cinco millones de pesetas superior a la anterior, éste me recalcó que sus jefes se habían cerrado en banda a nuevas propuestas y que no subirían más. Podía ser una estrategia, pero le creí. Le pedí 24 horas para dar mi respuesta alegando consulta con la familia y ésta, al conocer la última e increible oferta, quedó sobre ascuas pidiendo el cierre inmediato de la operación, que hubo de esperar al día siguiente.

Tal como habíamos convenido, se personó el comprador a saber mi decisión y se firmó el contrato preliminar (previa señal económica) pactando fecha para escriturar. Quince días más tarde los Promotores, próximos a tener adquirido el porcentaje estipulado por Ley para optar a la adjudicación del PAI correspondiente, pusieron fin a las visitas y un mes más tarde cesaron las compras. Mis tierras, una finca consistente en un 40% almendros de secano, abandonados desde cuatro años atrás por improductivos y un 60% de maleza en la parte alta de la montaña, pésimamente situada y sin acceso, pedregosa hasta el punto de que había zonas en las que el arado no llegaba a tocar la tierra, me la pagaron al mismo precio (16 veces) que un vecino me ofreció el año anterior.

¿No fue eso un auténtico prodigio?
La maqueta era magnífica. Entre unas cosas y otras pasaron diez años y, en ese tiempo, el comprador (Marina d'Or) vió como se materializaban sus previsiones y... algunas más, con las que no contaba.
-Era el propietario mayoritario,
-Consiguió la adjudicación del Proyecto,
-Construyó buena parte de las manzanas ubicadas en primera línea de playa,
-Vendió gran parte de los apartamentos construídos y...
-LLEGÓ LA CRISIS.(?)
-Dejaron de venderse apartamentos,
-Dejaron de construirse, porque nadie los compraba y
-La gente quedó sin trabajo y sin poder pagar las hipotecas.
Los bancos empezaron a ver como muchos recibos se devolvían.
Hoy, finales de 2.009, toda la zona de obras está paralizada. Los apartamentos vacios. Muchos de los negocios, construidos en los bajos, cerrados. Los compradores sin poder hacer frente a las obligaciones contraídas, por falta de trabajo y liquidez. ¡Un verdadero desastre!

Sólo a salvo los que cobraron y guardaron el dinero a buen recaudo. También quienes mejoraron sus casas y su vida.
Los que invirtieron en apartamentos del promotor ven como cada día que pasa el valor baja en picado. En cuanto a los "socios", sin comentarios y aquellos a quienes llegaron a ofrecerles hasta ¡¡¡mil millones de pesetas!!! por sus tierras y no vendieron esperando no se sabe qué... también sin comentarios.
Esta década tan prodigiosa para Cabanes y sus habitantes ha finalizado. ¿Volverá algún día?
Espero que sí, porque a todos nos interesa. Pero también creo que nada volverá a ser como antes, es decir: La "Década Prodigiosa" no creo que vuelva, ni en Cabanes ni en otro lugar de la zona y si lo hace habrán tenido que pasar muchos años, tantos que ninguno de los compradores-vendedores actuales vivirá para verlo.

RAFAEL FABREGAT

No hay comentarios:

Publicar un comentario