16 de noviembre de 2010

0200- ¿EL PP SOLUCION CONTRA LA CRISIS?

Naturalmente habrá opiniones para todos los gustos pero, en general, estas opiniones son muy partidistas y poco realistas. Personalmente y dejando a un lado la política, creo sinceramente que la solución del problema no está exclusivamente en manos de nuestros gobernantes o sus opositores, sino en la unión de todos aquellos afectados por el problema y (por supuesto) del pueblo en general. Son dos pues los frentes contra los que luchar. El primero (a cargo de los políticos) no es fácil puesto que nadie quiere enemistarse con un posible cliente (China) que representa a 1.300 millones de consumidores potenciales, pero tampoco lo es el segundo que pasa por cambiar la mentalidad mal acostumbrada de los occidentales, que solo pensamos en ganar el máximo trabajando el mínimo posible. Solo hay dos formas de luchar en este segundo frente: Voluntariamente, porque creemos que realmente es imprescindible, o a la fuerza porque otra cosa no tiene cabida en un mercado mundial globalizado.

Hay trabajadores que trabajando el doble ganan la mitad que otros y algún día eso tendrá que acabar. Lo he comentado ya en otras entradas; la típica pillería española debe terminar ¡ya!. Cuando un trabajador no cumple en su puesto de trabajo, alguien tiene que suplirle o la cadena productiva falla. Lo de que otros cubran tus espaldas, podrá (quizás) mantenerse dentro del sector de empleo público, donde el que paga no es dueño de la empresa que representa, pero no en el privado. De todas formas no tardará en llegar el día en que, tanto en el sector público como en el privado, cada trabajador cobre en base a su productividad. Es más, nada más lógico y natural que el empleado que no cumpla las obligaciones para las que ha sido contratado vaya a la calle. ¡El zángano no interesa en esta (ni en ninguna otra) "colmena"!
En cuanto a la dichosa crisis, que mande Sánchez o que lo haga Casado, no es la cuestión. Hombre... naturalmente las políticas serían diferentes y en algo, o en mucho, podrían ayudar al cambio de dirección del país y de la política comercial y económica, pero la solución real y total del problema pasa también por un cambio en la mentalidad de todos los españoles. Nadie regala nada y la única garantía de bienestar general pasa por ser competitivos a nivel internacional. Se trata de exportar más de lo que se importa, no hay más. 

Para lograr este objetivo, son necesarias medidas políticas importantes y muy diferentes a las que el gobierno actual ha estado empleando, pero también el apoyo incondicional de los trabajadores. O tiramos del carro todos a una o nos vamos todos al carajo.
A la extraordinaria competitividad de los países emergentes, basada en un alto rendimiento de los trabajadores y sueldos bajos, se ha sumado ahora una devaluación infundada de sus divisas que los hace todavía más competitivos. Esas políticas ilícitas, en una clara competencia desleal que está arruinando al resto de países industrializados, se ha estado consintiendo hasta ahora a la espera de que (estos mismos países) pudieran convertirse a corto o medio plazo en un cliente potencial de nuestros productos, pero el futuro no parece nada alagüeño. A corto plazo, si no es ya una realidad, estos países con China a la cabeza, estarán en disposición de fabricarlo todo y pocas cosas serán las que tengan que comprar fuera de sus fronteras. 

En ese mismo plazo, próximo a vencer, el mundo será propiedad de estos países puesto que, ya en este momento, son propietarios de una gran cantidad de la deuda puesta en circulación por los países con problemas económicos y España uno más de esos.
No hace falta ser un experto en economía, para saber que los países emergentes (China a la cabeza) han llenado el mundo de artículos basura y se han llevado el dinero de todos a su caja fuerte particular. Una buena parte del mundo les pertenece, o está a punto de pertenecerles. Ellos son los que nos prestan el dinero para pagar a los desempleados, los gastos de los enfermos imaginarios, inmigrantes que no han cotizado jamás, pensionistas y jubilados. Porque nuestra caja (no lo olvidemos) está vacía. Cuando leemos en la prensa o escuchamos en la televisión la palabra déficit, no quiere decir otra cosa que el gobierno está capeando el temporal por medio de créditos. 

Quiere decir que gastamos más de lo que ganamos y que los bancos (mundiales) nos están prestando el dinero necesario para poder atender todo lo que se atiende y pagando unos intereses que, como nos descuidemos, serán superiores a la capacidad de captación de fondos.
Es un hecho que acaece diariamente en cualquier banco a nivel particular, puesto que con las familias ocurre lo mismo que con las naciones. El crédito, es la capacidad que uno tiene de poder atender los intereses de una deuda y su amortización. Cuando los intereses de la deuda superan a la captación de fondos, la amortización del préstamo es imposible y la bancarrota es inevitable; en esa peligrosa tesitura está situada España y algunos países más. El motivo no ha sido otro que haber gastado muchísimo más de lo que realmente somos capaces de producir. Es sencillo de comprender ¿verdad?. Pues eso es lo que ha ocurrido, tanto a nivel personal como político. Estábamos al borde del precipicio y creíamos ser los "reyes del mambo". Pues no amigos, no. Creo que a estas alturas de la película habrá quedado claro para todos que no había motivos para tanta euforia. La realidad ha pillado de sorpresa a más de cuatro, incluida gente inteligente y bien preparada e informada. Cuando no es una crisis es una pandemia ya que para la casa endeudada nunca hay un buen año. Ahí está el resultado. Y como en los crucigramas del periódico... ¡La solución, mañana!.

RAFAEL FABREGAT

No hay comentarios:

Publicar un comentario