13 de enero de 2011

0241- USA RESERVA FEDERAL, RUINA MUNDIAL.

Decir, en primer lugar, que soy simple observador y sufridor del tema que nos ocupa. No soy experto en finanzas ni de los mecanismos que rigen la economía global, pero está claro que somos simples marionetas en manos de quienes rigen el mundo y ajenos por tanto a las subidas y bajadas que provocan en el sistema entre cuatro elementos que se creen (y lo son) dioses de la economía mundial y dueños de nuestro dinero. En otras entradas he hablado sobre la dura competencia que nos infringen los países asiáticos y de la negatividad que esto supone para la economía española y otras. Ciertamente sigo pensando que un control al respecto es necesario, pero no es este, ni mucho menos, el principal problema de la crisis que nos corroe en este momento. Aquí, por lo visto, son "Los Dioses" (Bancos Centrales) y muy especialmente quienes manejan los fondos de la Reserva Federal norteamericana, los que cierran o abren el grifo a voluntad, permitiendo que unos se ahoguen por exceso de agua mientras otros se mueren de sed. Ese y no otro ha sido el causante del problema que actualmente nos acucia.

Otra vez tenemos que visualizar en nuestro cerebro la borrosa imagen, tantas veces vista en las pantallas, del usurero judío que con tanta frecuencia se nos mostraba en las películas que reflejaban aspectos de la vida medieval. Al parecer, el modelo productivo mundial se regula por sí solo y no es por tanto el causante del problema. La historia se repite, ahora a escala mundial y nuevamente, con quien habría que acabar, es con el usurero. La pregunta es qué puede hacerse para quitarle el protagonismo actual a un sistema capaz de desafiar al propio Congreso estadounidense.
Banco y Agencia gubernamental independiente, son los "fabricantes" de billetes y sus decisiones no precisan ser aprobadas por la Presidencia y Congreso de los Estados Unidos pero, visto el desastre causado, mejor sería que así fuera...
Con su política de facilitar créditos a bajísimo interés, la Junta de gobernadores del Sistema de Reserva Federal es sin duda el causante de esta crisis sin precedentes, que ha provocado el descalabro mundial del sistema. Con un exceso de liquidez sin precedentes, a fin de sacarle rentabilidad, los bancos solo querían sacarse el dinero de encima, otorgando créditos sin la más mínima garantía. Una locura sin precedentes que nos ha llevado a este pozo, del que será difícil salir y que todos agravamos con nuestra justificada desconfianza. La solución completa del problema pasa por separar totalmente la economía real de cada país y del mundo, de la inestabilidad del sistema financiero. 

Son dos mundos diferentes que por imposición de la moneda dominante (USA$) siempre han viajado juntos. Ahora, sin embargo, ha quedado demostrado que solo separándolos puede quedar garantizada la estabilidad. Una cosa es producir y otra muy distinta establecer precio. Puede ocurrir y ocurre que, por diferencia de precios, un año de escasa cosecha saques el mismo dinero que el anterior con cosecha excelente. La comparación quizás no sea la idónea, pero vengo a decir que mercado y producción son dos mundos diferentes que, obligatoriamente, convergen en puntos concretos. Sin embargo es necesario que esa convergencia sea negociada y que ninguno de ellos decida por si solo. 

Si los americanos quieren mantener internamente el sistema que lo hagan pero, el destino del mundo no puede ni debe regirlo un Sistema que ha demostrado su partidismo e ineptitud a nivel global. Estados Unidos ha sido el país dominante hasta ahora, pero puede llegar el día en que no lo sea. Desde luego, desde el momento en que ha sido el causante del desastre mundial que padecemos, no merece credibilidad alguna y solo parándole los pies podremos ver la luz del túnel. Prácticamente todos los países del mundo están metidos en esta tormenta monetaria en la que nadie cuenta con brújula ni timón y todos son conscientes de que sin estas herramientas será difícil recobrar la estabilidad de la nave. 

La administración estadounidense asegura poder crear 250 mil empleos mensuales, pero todos sabemos que la destrucción de empleo es muy superior a esa cifra, con lo cual la cifra de parados seguirá aumentando y se cree que su estabilización tardará en llegar un mínimo de dos años, pudiendo llegar a cinco, si no son más. Lo más interesante de todo esto es que hace más de 40 años atrás, el economista francés Jacques Rueff, ya anunció la posibilidad de este desastre económico en el caso de que un solo país fuera el emisor de la Moneda de Reserva ya que, en caso de que éste tuviera un déficit descontrolado, podría desestabilizar a toda la economía mundial, como así ha ocurrido. ¿Visionario, o simple sentido común?. La Reserva Federal estadounidense ha quedado obsoleta desde el mismo momento en que sus responsables, aunque no tuvieran obligación, han tomado decisiones tan arriesgadas como prestar el dinero de los estadounidenses y del mundo en general (a sus amigos) sin apenas intereses.

Hasta hace bien poco, con la que está cayendo, los responsables de todo esto (los bancos) siguen repartiendo premios al respecto entre sus ejecutivos. Con toda esta burla a la sociedad mundial, la frase que va impresa en cada uno de los Dólares "In Got We Trust" (en Dios confiamos) es motivo de escarnio puesto que, por cada uno de los dólares que la gente les confió para la compra de acciones, apenas reciben unos cuantos centavos.
A pesar de esta palpable realidad los Bancos, tunantes hasta la saciedad, aprovechándose de la inestabilidad de la Seguridad Social, siguen contratando cuñas publicitarias en todos los medios de comunicación, llamando a la (ignorante) clientela para la contratación o ampliación de Planes de Jubilación o de Pensiones, que todos sabemos está totalmente unida al sistema bursátil y por lo tanto a la deriva. Aunque más hondo no se pueda caer, se necesita ser un granuja empedernido para proponerle a un cliente o amigo que se tire de cabeza por un acantilado, cuya profundidad se desconoce. Pero así son las cosas y así es la profesión de la banca. Para empezar, cadena perpetua para los responsables directos de este inmenso descalabro, que costará la vida a miles de personas. De todas formas, con lo listos que son, las amistades que tienen y el dinero que manejan... ¡Lo normal será que entren por una puerta y salgan por la otra...!

La credibilidad de quienes manejan la Reserva Federal es nula, como lo es todo el sistema financiero actual, que ya no necesita estar respaldado. El destino del mundo no puede estar en manos de nadie en concreto y menos todavía de una sola nación, por muy poderosa que sea ésta. El final de la tormenta solo será posible en el caso de creación de un Banco Central Mundial, con retorno a una única moneda de reserva, gestionada por una representación de todos los países. Durante siglos, esta moneda de reserva fue el oro, un sistema que permitía controlar los déficit externos sin perder los recursos reales. Volver al oro quizás fuera complicado en este momento, pero desde luego se necesita una moneda global de reserva que dé la tranquilidad que actualmente no tenemos y que deje a cada país la sola preocupación de su balanza de pagos y cuestiones internas.
Si hay algo que precisa un inmediato control y corrección, es justamente la FED, una "fábrica de billetes verdes" que ha demostrado ser incompetente para el logro de los objetivos para los que fue creada. Esta no es una cuestión baladí, sino el presente y el futuro del mundo. Las vidas de los miles de millones de personas que pueblan el planeta, no pueden estar en manos de una junta de canallas que solo miran su propio beneficio y el de sus amigos. Es el fruto de la lucha de todos y entre todos debe decidirse lo que se hace con el resultado de ese esfuerzo común. Este no es el fallo de cuatro despistados, sino la permisividad de todos los dirigentes de más de 200 países que ocupamos el planeta. Ha llegado el momento de dar el puñetazo en la mesa y éste no debe retrasarse ni un minuto más; solo así saldremos de problema y evitaremos nuevas recaídas. La riqueza, repito, es fruto del esfuerzo común y entre todos debe gestionarse.

RAFAEL FABREGAT

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