17 de abril de 2011

0335- DOMINAR EL CIELO, SIN DOMINAR LA TIERRA.

Tras la II Guerra mundial EEUU y la URSS iniciaron la llamada Guerra Fría, que se tradujo en una carrera armamentística y espacial. 
Durante casi dos décadas (1957-1975) ambos países se dedicaron a la investigación espacial, a la aplicación de la última tecnología en satélites, al espionaje y a la propaganda. Todo ello como una forma de demostrar al enemigo la capacidad científica y el potencial militar. De la misma forma que podían situar a un ser humano en la luna, se demostraba que cualquiera de ellos podían situar un misil nuclear en determinada ciudad del planeta. Con su capacidad espacial, ambas potencias demostraban tener el potencial de fuego suficiente para frenar al enemigo mejor preparado. Sin embargo la economía de estas potencias no era la misma. Aunque el país ya había empezado una lenta recuperación, en el caso de la URSS, cientos de miles de personas apenas tenían nada que poner en el plato. A la muerte de Stalin, cuatro años antes (1.953) se estima que entre 5 y 6 millones de personas habían fallecido de hambre durante su mandato. 

Una frase quedó grabada en la historia del comunismo más radical y vergonzoso; una frase que define claramente que no hay diferencia alguna entre el radicalismo de izquierdas o de derechas:
"Es suficiente con que el pueblo sepa que hubo elecciones, ya que los que emiten los votos no deciden nada. Son los que cuentan los votos los que lo deciden todo...". STALIN
A Stalin le sucedió Nikita Kruschev, hijo de campesinos que solo había asistido dos años a la escuela y apenas sabía leer y escribir. La educación no era una prioridad en el medio rural. 
A los 8 años cuidaba el ganado y a los 12 trabajaba a plena jornada con sus padres. Cuando tenía 14 años su familia emigró a Ucrania y Nikita limpiaba el hollín de las calderas en una industria cercana a su casa.
Con 23 años participó en la Revolución Bolchevique (1917) y luchó en la Guerra Civil con el Ejército Rojo (1918-20). Metido directamente en el Partido comunista de Ucrania llegó a primer Secretario General de la República de Ucrania (1938) y dirigió el frente político contra los alemanes en la II Guerra mundial, con rango equivalente a teniente general. 
Como puede verse, pocos estudios son necesarios para destacar en determinados trabajos.

A la muerte de Stalin (1953) fue elegido Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética, cargo que desempeñó durante 11 años. 

Fue el constructor del Muro de Berlín y consiguió los primeros éxitos en la Carrera Espacial, con el lanzamiento del primer satélite espacial (Sputnik-1.957) y primer viaje tripulado al espacio (1.961) pero sin embargo no consiguió traducir todos esos adelantos científicos en éxitos económicos y bienestar para su pueblo.
El 14 de Octubre de 1.964, ya contando 70 años de edad y estando de vacaciones en Abjasia, fue forzado a dimitir siendo acusado de lo mismo que él acusó a Stalin: culto a la personalidad y errores políticos. Dos años después (1.966) fue expulsado del comité central del partido y en 1.971 murió en Moscú a los 77 años de edad.

A raíz del golpe de mano que lo había apartado del poder en 1.964, le había sucedido uno de sus más estrechos colaboradores: Leonid Brezhnev, de 58 años de edad, que siguió políticas parecidas y también gran interés en la Carrera Espacial y armamentística.

Al igual que su antecesor, al sobrevivir a las Grandes purgas de 1937-39, logró rápidos ascensos pues la eliminación de tanta gente dejada vacantes gran cantidad de puestos dentro del Partido, del Gobierno y de las Fuerzas Armadas. Al igual que hizo Stalin, en 1.966 se autoproclamó Secretario General, aunque sin llegar a los excesos de su predecesor. Se deterioraron aún más las relaciones con China aunque, para evitar una alianza antisoviética, Brezhnev se adelantó y pactó con Nixon (EEUU) un Tratado de limitación de armas estratégicas (1.972) que marcó el inicio del final de la llamada Guerra Fría. A estas alturas de la entrada, quedan claras las ideas de rusos y norteamericanos por convencer al enemigo de su potencial técnico y militar, encaminado a no dar jamás su brazo a torcer, aún a costa del hambre del pueblo.

Los acuerdos de París de 1.973 hacen que finalice la guerra de Vietnam y las relaciones entre Rusia y EEUU siguen mejorando. El punto y final de la carrera armamentística se produce en Helsinki (1.975) con la firma del acta que legitima las fronteras de la URSS tras la II Guerra Mundial, al tiempo que ésta acepta los derechos humanos y las libertades fundamentales de los Estados participantes. 
A principios de 1.979 Brezhnev firma en Viena, con Jimmy Carter los acuerdos SALT-II que reducen a mínimos las armas intercontinentales. Sin embargo la economía rusa empeora. La industria pesada obtiene escasos beneficios, al tiempo que la agricultura sigue deteriorándose hasta el punto de tener que importar trigo para alimentar a la población. Otra vez el descontento de las masas socava la productividad, al tiempo que Brezhnev sigue primando los gastos militares que le mantengan como primera potencia mundial.

El ultimo acto político (dardo envenenado) que Brezhnev dejó en herencia a sus seguidores fue su intervención en Afganistán a finales de 1.979, acto que detuvo la distensión con EEUU y llegó a provocar incluso un embargo comercial e instalación de nuevos misiles al este de Europa por parte de EEUU y sus aliados.

En marzo de 1.982 Brezhnez sufrió un ataque cardiaco muriendo unos meses después. Para entonces había terminado la "Guerra fría, la Carrera espacial y la armamentística", iniciadas por Kruschev y que él había mantenido vigente durante 15 largos años de hambre y penurias para el pueblo ruso.

Su gobierno se caracterizó por el inmovilismo político y el estancamiento económico. La humanidad solo le debe el fin de la carrera armamentística, los rusos ni siquiera eso. Ni Krushchef ni Brezhnev se ocuparon de la clase trabajadora, menos todavía de solucionar la precariedad del campesinado que siguió pasando hambre. Las promesas de fracaso del capitalismo y de igualdad y abundancia para los países comunistas quedaron en mera palabrería y propaganda. La realidad fue que se apoyó en la clase burocrática de privilegios asegurados y crecientes, mientras el campesinado quedaba en la miseria más absoluta.

Llegados a este punto, resulta obligado repetir el título de esta entrada:
Antes de conquistar el cielo... ¿Por qué no solucionar los problemas (salud, enseñanza, hambre y guerras) de la tierra...?

RAFAEL FABREGAT

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