18 de agosto de 2011

0459- BALEARES, UNAS ISLAS ¡MUY ESPECIALES!

Unas islas que, sin tener nada especial, tienen una magia que encanta al visitante, le hacen volver y le obligan a pregonar sus excelencias a familiares y amigos haciendo que el número de turistas aumente año tras año. Con más de 10 millones de turistas extranjeros e incontable cifra de españoles, son sin duda las islas que más visitantes acogen a lo largo del año.
De todos es conocido que el mayor destino turístico del mundo es Francia. Contando sus numerosos territorios de ultramar, puede rozar los 80 millones de visitantes al año. El segundo destino mundial del turismo, por delante de los Estados Unidos, es España que supera los 70 millones de visitantes, tan solo en su territorio peninsular y los dos archipiélagos de Baleares y Canarias que posee. Sin embargo las islas más visitadas del mundo son las españolas y más concretamente las Islas Baleares. Afinando más todavía, la isla más visitada es Mallorca, tercer aeropuerto español en número de viajeros. Mi mujer y yo visitamos Ibiza en los años 70, plena época Hippy.














Son decenas las películas ambientadas en escenarios mallorquines, uno de los cuales es la Bahía de Portals vells, en la que Anthony Quinn, Cándice Bergen y Michael Caine rodaron en 1.967 "El Mago". 

La película, ambientada en Grecia, debía rodarse allí pero el golpe de estado ocurrido en esas fechas en el país heleno hizo desistir a los productores que trasladaron el rodaje a Mallorca. 
Premios y críticas cinematográficas se deshacían en elogios acerca del encanto de las islas del Mar Egeo y de la maravillosa fotografía conseguida en el citado filme, hasta que alguien escribió a las publicaciones que tanto alababan tan espectaculares paisajes, para decirles que no correspondían a Grecia sino a Mallorca.
Aunque una mirada rápida da una visión agreste e inaccesible del terreno, en el que predomina el matorral y el pino carrasco, cada uno de los rincones de las islas suelen acabar frecuentemente en plácidas calas de blanca arena y aguas turquesa que hacen las delicias de los bañistas. Numerosos caminos y sendas llevan hasta esos idílicos lugares a los visitantes que buscan la tranquilidad que no suelen encontrar en las grandes playas, de las que también están dotadas las islas mallorquinas.

De vez en cuando, importantes urbanizaciones salpican el paisaje. También castillos que rememoran antiguas historias medievales, salpican un paisaje idéntico y al mismo tiempo cambiante. En este caso es el Castillo de Bellver, antigua fortaleza construida por Jaime II de Mallorca entre los años 1300-1311. Situado a pocos kilómetros de la ciudad de Mallorca tiene la particularidad de ser uno de los pocos castillos europeos de planta circular y sin duda el más antiguo de todos ellos. 
Se encuentra sobre un monte de 112 metros de altitud, con vistas al puerto y ciudad de Mallorca. 
Contiene el Museo de Historia de la ciudad y por lo tanto está abierto al público. Construido con fines residenciales de monarcas y virreyes, se convirtió rápidamente en prisión, primero de la reina Violante y de los hijos de su esposo Jaime III que había muerto en la Batalla de Lluchmayor (1.339). En 1.931 la II República Española cedió el castillo y los terrenos que lo rodean a la ciudad de Mallorca.
Son muchas las cosas que ver y que degustar en Mallorca pero vamos a comentar en este punto algo que corresponde a su hermana y vecina Menorca. En el paisaje de la costa virgen del norte menorquín hay una estupenda bahía llamada Fornells. Al abrigo de la misma se encuentra el pueblo del mismo nombre y puerto natural de pescadores, tan bien protegido que sus habitantes dicen que se trata de un lago de agua salada. El pueblo de casitas blancas, que nada sabe ni quiere saber de las prisas del mundo actual, encierra un secreto a voces que se cuece en los fogones de los restaurantes ubicados en el pequeño puerto.

En Menorca es famosa su Caldereta de Langosta, plato predilecto del rey de España que, cuando navega por los alrededores, entra a degustar en este idílico pueblo. 
El plato, no excesivamente barato (60/80€) consiste en una crema elaborada con langosta de la zona que, entre otras cosas que no quieren contarnos, lleva ajo, hinojo, cebolla, tomate, almendras y caldo de pescado de roca. Para chuparse los dedos... Pero, en fin, no todo está en Mallorca o Menorca... ¿Acaso no hay nada que contar de Ibiza?. ¡Ay, ay, si sus cuevas hablaran...! Pero, claro, ¿qué decir de Ibiza que no haya sido dicho mil veces?.

¿Hay algo que no sepamos todos de este idílico lugar, isla de hippies desde la década de los años 60, a pesar de la dictadura franquista?. 
Allí se hizo famosa aquella frase que propugnaba el sí a la paz y al amor y no a la guerra, el amor libre y sin lazos que lo amarrasen; la desnudez de su vírgenes playas y de las bañistas que lo abrazaban sin serlo; la libertad total pero con respeto al entorno y a quien en él vivía. 
Eso y mil cosas más fué (y algo queda) en la sin igual Ibiza. No es la tierra de las flores, pero sí de la luz y del amor. Uno de los más bonitos recuerdos que tenemos mi mujer y yo de nuestras vidas. ¡A pesar de los mosquitos y las hormigas que casi se nos comen vivos...!

RAFAEL FABREGAT

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