18 de enero de 2012

0587- LAS SETAS VENENOSAS.

Amanita Phalloides. (Mortal)

Tema complejo, ya lo sé, como también sé que no voy a aportar nada nuevo a lo que ya se conoce pero, como aficionado a la recolección de setas, me apetecía hacer un breve resumen al respecto de aquellas setas que debemos dejar en el monte y no dejarnos tentar por las dudas cuando la cesta no está todo lo llena que nosotros quisiéramos.
Digo esto porque alguna que otra vez y cuando la cesta está a rebosar, uno se permite el lujo incluso de dejar en el monte algún ejemplar que sabe que es perfectamente comestible pero no excelente, del mismo modo que cuando está demasiado vacía podemos caer en la tentación de meter alguna variedad que no tenemos demasiado claro que sea comestible. Ojo pues a esto último.

Amanita verna. (Mortal)

Un libro es siempre un buen amigo pero, en el caso de las setas, lo es mucho más el consejo de alguien que pueda identificarlas con seguridad. Al margen de las variedades de setas venenosas que podemos encontrar en cualquier manual al respecto, es también muy importante conocer aquellas que se puedan encontrar en nuestra zona de búsqueda. Dicho conocimiento limitará las especies a desechar y será por tanto más fácil su estudio e identificación. Especial atención a toda seta de láminas blancas o crema, a excepción de las "Macrolepiota". Cualquier otra debe ser conocida o contrastada.

Amanita virosa. (Mortal)

Como todos sabemos una misma variedad de seta -comestible o venenosa- tiene diferente presentación según la zona en la que se halle. 
Por consiguiente, esa diferencia de matices debe ser conocida por el recolector y muy especialmente cuando se trata de setas que tienen grandes similitudes con ejemplares tóxicos, con los que se puede confundir fácilmente. 
Llenar la cesta de setas es muy apetecible, pero no con ejemplares dudosos. En todo caso puede cogerse un ejemplar si tienes una persona que a tu llegada a casa pueda discernir, con garantía, si es buena o no.

Cortinarius orellanus. (Mortal)

Como ha quedado dicho, cuando haya duda es mejor dejarlas en el bosque, lo cual no es óbice para que se recoja un ejemplar dudoso -perfectamente separado del resto- para su estudio o consulta posterior una vez llegados a casa. 
Dicho todo lo anterior voy a señalar algunas de las setas más problemáticas y otras que, no siéndolo tanto, pueden darnos un buen susto en según qué casos.
La Amanita Phalloides o cicuta verde es una de las más peligrosas, pero también los son la amanita Verna, amanita Virola, Cortinarius orellanus, Lepiota helveola y Galerina marginata, todas ellas mortales. Especial cuidado con ellas.

Lepiota helveola. (Mortal)

Como primera medida y si no conocemos la especie, no debe recogerse ninguna seta de láminas blancas ya que, aunque hay algunas comestibles para los animales, para el hombre la mayor parte son tóxicas.
Al margen de las especies anteriormente citadas y que son las que ilustran esta entrada hay otras muchas que, aunque no son mortales, pueden fastidiarte el estómago y causarte desagradables diarreas por lo que hay que eliminarlas de la lista de especies a recolectar.

Galerina marginata. (Mortal)

Entre las altamente tóxicas pero no mortales están las amanitas Muscaria, Pantherina y Rubescens, el boleto de Satanás, los Clitocibes, el Entoloma sinuatum, los Inocibes, Ophalotus olearius, Paxillus involutus y algunos Tricholomas, pero también la Sarcosphaera crassa, Romaria formosa, Rússula emética, el Agáricus canthodermus, Coprinus atramentarius, lactarius Pyrogalus y Torminosus, Hipoloma fasciculare, las miscenas Pura y Peliantina y algunas otras más que ya no es necesario enumerar puesto que habrá quedado claro que solo el pleno conocimiento en la materia garantiza el éxito y la salud. No debemos arriesgarnos a que la fiesta se torne en desgracia.

Marzuelo. (Higrophorus Marzuolus).
Sin embargo que nadie se agobie. 
Mi consejo de vulgar aficionado, como somos la mayoría de los que salimos al monte, con el fin de pasar la mañana y contentar a la parienta y a nosotros mismos, es aprender a identificar las 20 especies comestibles más comunes y olvidarnos de lo demás. 
Yo recojo unas 30 especies pero la experiencia me permite asegurar que menos de 20 son suficientes para garantizar todos los días el completo llenado de la cesta, en un año malo y por grande que sea, lo cual es el único objetivo que debemos perseguir. 
Marzuelo y senderuela.
Yo entiendo que haya personas que se dediquen a buscarlas como medio de vida y necesiten recoger más cantidad, pero esa gente buscan en zonas más exclusivas. No es que sepan mucho más, ya que también limitan su recogida a las especies comerciales que les demandan y que sin duda no superan la cifra de media docena.
En el Maestrazgo y si hay la humedad suficiente, en un par de semanas ya saldrán los primeros Boletus, Níscalos y todo lo demás, así que a patear el monte que es cosa muy sana... 
En fin, un abrazo a todos los aficionados y mucha suerte.

RAFAEL FABREGAT

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