19 de enero de 2012

0588- DE HORMIGAS Y CIGARRAS...

REEDICIÓN.
Izquierda, derecha, nacionalistas...
En este momento casi todas las autonomías españolas están gobernadas por el PP, pero de eso solo hace cuatro días mal contados. Hasta ese momento había una cierta variedad de fuerzas políticas gobernando las distintas autonomías y sin embargo no puede decirse que el funcionamiento de las mismas tuviera diferencias sustanciales. Nunca había sido tan parecido como en estos últimos meses, el modo de comportarse unos y otros. Ante los hachazos de la crisis, todos trataban de reducir al máximo posible la diferencia entre ingresos y gastos. Por primera vez y en un intento de perpetuarse en el poder, los dirigentes autonómicos querían acometer políticas de estado dentro de sus territorios; soluciones que permitieran nivelar la balanza sin subir los impuestos, lo cual a su entender solo era factible recortando gastos. 

Ese fue su gran error. La medida no pudo ser más antisocial, recortar gastos es quitar el pan a los pobres.
Si tales políticas hubieran sido acertadas, este proceder hubiera sido la panacea que todos buscaban, pero la realidad fue bien distinta. La mayor parte de las autonomías, fieles al gobierno central del PSOE, dieron prioridad a las consignas remitidas por éste dejando en segundo plano las peticiones de los usuarios y de los colectivos laborales. Para empezar, Cataluña recortó 120.000 trabajadores del sector público, provocando -además del paro- que millones de personas vieran recortada su asistencia sanitaria. Madrid dejó en la calle a más de 1.000 funcionarios de la enseñanza. En Castilla-La Mancha 7.000 trabajadores públicos quedaron sin trabajo... 

En Galicia, en Extremadura, en la Comunidad Valenciana, etc. etc. más de lo mismo. 
Tales soluciones se han demostrado ineficaces para solventar la crisis y para reactivar la economía.
La paradoja es que tenga que ser un gobierno de derechas, el que castigue económicamente a la clase media para solucionar los problemas de la clase baja y para solucionar el problema creado por los atracos de los bancos y de los mandamases situados en las más altas esferas. ¡Manda huevos la cosa...! Pero, en fin, si al menos sirve para algo tendremos que darlo por bien empleado. La pregunta que nos hacemos todos es por donde hay que empezar para que, aunque sea muy lentamente, vayamos sacando la cabeza del barrizal en el que nos encontramos... 


Ya que la gestión del PSOE se ha demostrado ineficaz, algo habrá que hacer para romper con lo hecho hasta ahora. Para ello la única opción que tenemos en este momento en España es el gobierno del PP -ya en el poder- que, dicho sea de paso, personalmente me pega cuarenta patadas en el culo y diré por qué...

La primera medida que se le ha ocurrido al PP ha sido subir las retenciones IRPF sobre los intereses del ahorrador. Del 18% se ha pasado al 21% cuando cobres menos de 6.000€ de intereses y del 25% si sobrepasas esa cantidad. ¡Bien empezamos!. Después, los descerebrados de siempre, dicen que si los fascistas arriba y abajo... ¡Para mí que se han cambiado los papeles!. O yo estoy tonto, que también, o estas medidas de que pague más quien más tenga, son mil veces más sociales que las que imponen los socialistas. ¿O no es así?
Aunque más de cuatro puedan tacharme de "facha", tengo que decir que me jode y mucho que quienes nos hemos pasado la vida currando por el día y no durmiendo por la noche, tengamos que soportar los gastos de quienes entran y salen del bar a todas horas, como actividad más importante. Mientras los holgazanes se ríen de todo y de todos, nosotros cansados... ¡y jodidos!.
Se supone que un gobierno llamado de derechas y adjetivado por algunos bocazas de fascista, jamás debe dedicarse a esquilmar a la gente trabajadora que intenta ahorrar un dinero para su vejez (hormigas) mientras los golfos de siempre (cigarras) siguen tomando el sol de las calles y las copas de la taberna. Claro que, si bien lo piensas... ¿Qué tiene que pagar quien nada tiene?.
No descubriré nada nuevo si digo, porque ahí está la historia, que unos hacen grande la casa mientras otros la arruinan. 

Tampoco hacen falta dotes de adivino para saber que cuando (las hormigas) consigan levantarla de nuevo, volveremos a instalar en el poder a quienes solo se dedican a socavar sus cimientos (las cigarras) para hacerla caer nuevamente. Así de zoquetes somos los españoles y así nos va. ¡Siempre en el furgón de cola!. Está claro que hay mucha gente que queriendo trabajar no puede, pero también los hay y muchos, a quienes el trabajo les horroriza y solo se encuentran cómodos con el cigarrillo en una mano y la caña de cerveza en la otra. En este mundo ya se sabe, tanto a nivel de gobernantes como de gobernados, solo hay dos clases de personas: Los que trabajan mucho y gastan poco (hormigas) y los que trabajan poco y gastan mucho (cigarras) pero para eso está la democracia, para que cada uno haga lo que le venga en gana... ¡Pero no a mi costa!.

RAFAEL FABREGAT

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