8 de agosto de 2012

0761- EL IMPERIO PERSA-AQUEMÉNIDA

El Imperio persa engloba a las diferentes dinastías o familias que gobernaron la antigua Persia (hoy Irán) y añade la connotación de Aqueménida cuando nos referimos a la época de entre los años 648 al 330 a.C. periodo en el que ostentó el poder esta familia.
La Dinastía Persa-Aqueménida nació con Ciro II el Grande, hijo de Cambises I y nieto de Ciro I, ambos descendientes de Aquemenes fundador del clan del mismo nombre, hacia el año 700 a.C. y perteneciente a la federación de tribus persas, anteriores vasallos del pueblo Medo. Todas las reseñas históricas anteriores a estos tiempos se basan en conjeturas y suposiciones, por lo que preferimos iniciar el relato de la Historia de esta región a partir del momento en que se dispone de datos escritos y probados, o sea, en el punto en que Ciro II funde las dos culturas dando paso a la Dinastía Persa-Aqueménida. 

Ciro II 
Ciro II no solo fue el heredero de las dinastías Medas, por derechos de conquista de sus antepasados, sino que recibía por méritos propios la de los territorios de la meseta central persa y buena parte de Mesopotamia que es donde principalmente extendió sus dominios. 
Contrariamente a lo que era habitual en los vencedores, Ciro II perdonaba a los reyes enemigos que utilizaba como consejeros para sus conquistas posteriores y nunca cambiaba la estructura administrativa de los territorios conquistados, sino que se limitaba a someterlas a su poder imperial. 
Ciro murió cerca del mar Caspio, en una batalla contra las tribus nómadas de los Masagetas. Le sucedió su hijo Cambises II, que hasta entonces era gobernador de Babilonia, pero resultó ser un tirano. 
El Imperio se desestabilizó y devino en grandes revueltas a consecuencia de las cuales murió. En aquel momento el Imperio persa-aqueménida estaba en su cénit ya que dominaba partes de Grecia y Egipto así como el norte del subcontinente indio, lo que abarcaba un total (aprox.) de 7 millones de Km2. 
Cambises II
El sucesor de Cambises II y monarca del Imperio debería haber sido Esmerdis I, segundo y último hijo varón de Ciro II pero, después de no pocas intrigas, el trono le fue dado a Darío I también aqueménida. 
Ëste afirmó que Esmerdis era un impostor Medo puesto que el segundo hijo de Ciro había sido asesinado por su padre cuando marchó a la conquista de Babilonia y temía que le usurpara el poder en su ausencia. 
Darío no solo se atrevió a acusarle, sino que mandó grabarlo sobre piedra en tres idiomas (persa, elamita y cadio) y después lo mató siendo coronado a la mañana siguiente. 
Hubo grandes revuentas, pero el nuevo emperador las dominó todas. 
Para legitimar su poder, Darío se casó con la hija mayor de Ciro (Atosa) viuda de Cambises y de Esmerdis. 

Darío I
En aquellos tiempos el amor carnal se unía con facilidad al fraternal, cuando había intereses de por medio. Rápidamente tuvieron un hijo (Jerjes), de esta manera Darío I se afianzaba el poder y lograba que un hijo suyo portara sangre real. Elam y Babilonia se levantaron contra el usurpador, después fueron Media, Partia, Asiria, Egipto... pero Darío marchó sobre ellos y los mató a todos. Tal como estaban las cosas no podía ser tan clemente como lo había sido Ciro. Ambicioso, expandió el Imperio y lo hizo prosperar. Dividió el territorio en veinte Satrapías y puso al mando de cada una de ellas a familiares de confianza, construyendo una carretera de una a otra parte del Imperio solamente destinada a correo imperial, a fin de cortar rápidamente las continuas amenazas sobre su mandato. Según sus propias palabras cortó la cabeza a ocho falsos reyes. Limpiado el territorio de aspirantes al trono a partir del año 521 a.C. reinó la paz y amplió la red de carreteras para conectar todo el reino entre sí.

Ruínas de Persépolis
En tiempos de Ciro II, todos los territorios conquistados pudieron seguir sus costumbres y religiones. En algunos casos incluso el antiguo rey siguió gobernando a su pueblo, aunque pagando los naturales tributos al emperador. Esta práctica se menciona de forma positiva incluso en el "Antiguo Testamento" cuando se indica que Ciro apoyó la reconstrucción del templo de Jerusalén, aunque no hay documentos del propio Ciro que hablen de ella. 
Darío era más temeroso y prudente. Como medida de seguridad, trasladó a su cuna (persa) el centro de poder, hasta entonces repartido entre Ekbatana y Babilonia. En Susa, capital de Elam, hizo construir su residencia imperial que mantendría hasta el final de su Imperio. También en Parsa hizo construir otra de sus residencias, lugar que los griegos denominarían Persépolis.

Jerjes I
El historiador Heródoto fija la muerte de Darío I cuando preparaba una campaña contra Grecia en el año 486 a.C. y que tuvo que postergar debido a una insurrección en Egipto. Preparando su intervención le sobrevino una enfermedad que le causó la muerte en el mes de Noviembre de aquel mismo año. Fue enterrado en una tumba rupestre en Naqsh-e-Rostam, que había mandado construir en vida. Le sucedió su hijo Jerjes I. 
Era hijo de Dario y de Atosa, quinto rey aquemérida que gobernaría el Imperio durante veinte años (485-465 a.C.) 
Aunque todos sus hermanastros eran mayores que él, solo Jerjes era portador de la sangre real aquemérida que había tomado de su madre, la primogénita de Ciro II el Grande, fundador de la dinastía. 
Jerjes intentó vengar la derrota de su padre en la I Guerra Médica pero no lo logró y el Imperio cayó en un estado de apatía del que no llegaría a despertar. 

Investidura de Artajerjes I
El 4 de Agosto del 465 a.C. Jerjes I fue asesinado por Artabano, su propio visir, que situaría en el trono a Artajerjes I, hijo segundo de Jerjes y que gobernaría durante cuarenta años (464-424 a.C.). 
Se cuenta que Artajerjes, engañado por Artabano, mató a su hermano mayor (Darío) creyéndolo asesino de su padre, pero luego ejecutó al verdadero culpable. 
Tuvo un hijo (Jerjes II) con la reina Damaspia que es quien seguiría la Dinastía. 
Jerjes II reinó durante cuarenta y cinco días puesto que fue asesinado por sus hermanastros (mayores pero ilegítimos) que reclamaban el trono para sí. 
Sogdiano mató a Jerjes II y unos meses después Oco mató a Sogdiano, reinando como Darío II.

Tumba Darío, Jerjes y Artejerjes. (Naqsh-e-Rostam) 
Darío II fue un perfecto calzonazos que se mantuvo 19 años en el poder, al amparo de las decisiones de su mujer y sin pena ni gloria, muriendo en el 404 a.C. Le sucedió Artajerjes II, que tampoco brilló en demasía y a éste Artajerjes III (358-338 a.C.) el cual mató a buena parte de sus parientes para evitar la guerra civil por las pretensiones de todos de hacerse con el poder. Fue un gran luchador que redujo todos los levantamientos que hubo contra el imperio. La última rebelión fue la de Egipto, tras la cual reinó la paz. Antes de ser asesinado en el 338 a.C. tuvo 115 hijos con sus diferentes esposas y concubinas pero el sucesor sería Artajerjes IV, único hijo varón con la princesa Parisatys. Solo gobernaría dos años (338-336 a.C.) puesto que sería envenenado por su visir Bagoas que eligiría a un primo segundo que reinaría como Darío III

Moneda de Darío III
Darío III (338-330 a.C.) sería el último rey de la Dinastía aquemérida ya que en el 331 a.C. Alejandro III de Macedonia (Alejandro Magno) derrotaría a las tropas de Darío de forma contundente. Sin embargo Darío escapó en busca de ayuda para hacer frente al invasor, pero uno de sus sátrapas (Besós) lo tomó como rehén buscando el favor de mantener la satrapía cuando entrara victorioso Alejandro. Finalmente antes de que éste llegara a su campamento hubo complicaciones y lo apuñaló. Se dice que cuando llegó Alejandro lo cubrió con su manto y dijo: "No era esto lo que yo pretendía". Ahora el rival de Alejandro era Besós, que se había autoproclamado emperador con el nombre de Artajerjes V. 
Alejandro honró el cuerpo de Darío III, ordenando que lo embalsamaran y lo mandaran a Persépolis donde estaba su madre. Cuando Alejandro capturó a Besos, ordenó su condena y ejecución conforme a las leyes persas, por asesinato de su soberano.

RAFAEL FABREGAT

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