19 de agosto de 2012

0770- EL PUERTO DE CESÁREA.

Cesárea era el nombre original de la ciudad construida por Herodes el Grande (73-4 a.C.) entre los años 23 y 17 a.C. en Judea, en lugar próximo a la frontera de Phoenicia y en lo que actualmente es costa de Israel, a medio camino entre Tel Aviv y Haifa. 
Más que una construcción Herodes hizo una restauración, una adecuación sobre la ciudad de Caesárea Palaestina o Caesárea Marítima, que de los dos modos se llamaba a la ciudad que fundada en el año 133 a.C. con el nombre de Pyrgos Stratonos (Torre de Stratos) serviría a partir de ese momento como telón de fondo al grandioso palacio que allí se construyera el rey de Judea, Galilea, Samaria e Idumea; sobre un promontorio al lado del mar. 
Herodes era de ascendencia idumea por lo que, gobernando en nombre de Roma, era considerado un gobernante doblemente extranjero. 
Cesárea Palestina renacía por obra y gracia de Herodes el Grande y por el nuevo palacio que éste mandara allí construir. 
Grandioso, bello, incluso con un decorativo estanque rodeado de stoas (espacio cubierto a base de columnas) que servía para la charla y el deleite de sus usuarios, puesto que los protegía de los rayos del sol y la lluvia.

Aunque la tradición cristiana, aprovechando su imagen de sanguinario, hace protagonista a Herodes el Grande de asesinar a todos los niños menores de dos años, buscando acabar con la posible competencia del Mesías, lo cierto es que ningún historiador de esos tiempos hace mención a este hecho, lo que indica la falsedad del relato de Dionisio el Exiguo (470-544) que lo aprovecha para fechar el nacimiento de Jesús de Nazaret 500 años (más o menos) después de que éste sucediera. 
Con ella se da comienzo a la era cristiana, base del calendario gregoriano que carece de fecha concreta de inicio.
 Inconcebible que se diera crédito a tamaño despropósito, pero hacía falta una fecha (?) y lo que dijo Dionisio... fue a misa, nunca mejor dicho. 
Claro que la vida de Herodes y la del embustero de Dionisio no es lo que nos ha traído aquí y ahora. 
Ya habrá tiempo para estudiar la vida y obra de este monje escita, avispado personaje, fundador del Anno Dómini y otras muchas menudencias. Se ve que el hombre tenía tiempo...

Ahora volvamos a lo nuestro...
Cesárea fue la denominación elegida por Herodes como tributo al emperador romano César Augusto que reinaba en ese momento; convertida en capital civil y militar de Judea, así como residencia oficial de los procuradores y gobernadores romanos. 
Concretamente fue en el año 13 a.C. cuando se inició la vida civil de la nueva ciudad. 
Se trataba de una ciudad totalmente amurallada y con el puerto más grande del Imperio. 
El puerto se llamaba Sebastos otro guiño de Herodes hacia el emperador, pues éste era su nombre en griego. 
La ciudad tenía circo y teatro. En las excavaciones llevadas a cabo en este último se encontró una losa que nombra a Poncio Pilatos, como procurador de Judea y al Tiberium, edificio que Pilatos construyó en honor del emperador Tiberio. Inicialmente el teatro tenía una capacidad de 8.000 espectadores pero en el siglo I se amplió hasta los 15.000 y se adaptó como anfiteatro.

La ciudad disponía del correspondiente acueducto que, con más de 9 Km. de longitud, captaba manantiales del Monte Carmelo y alimentaba las diversas fuentes de la ciudad. 
Actualmente, con un aumento de entre 6/7 metros sobre el nivel que entonces tenía, las olas del mar tocan en ocasiones dicho acueducto. 
Todos los edificios erigidos por Herodes en Cesárea perduraron perfectamente hasta comienzos del siglo XX. 
Aún hoy pueden verse los restos del poblado medieval, que viene a ser una décima parte de la extensión que ocupaba la ciudad romana, partes de la muralla, el castillo y la catedral cruzada erigida a principios del siglo XII. 
Entre 1950 y 1960 se llevaron a cabo importantes excavaciones que sacaron a la luz el teatro romano, murallas y algunas partes de la ciudad. En cuanto al puerto de Cesárea, el más importante del Imperio romano, sentimos decir que se encuentra bajo el agua, a unos 7 metros de profundidad. 

Después de 2.000 años, la mitad de ellos desaparecido, ha vuelto a ser abierto al público aunque solo para la visita turística, claro está. Todo cuanto queda de tan famoso puerto está bajo el agua y diferentes postes metálicos numerados indican al visitante lo que hay debajo de cada uno de ellos. Son 36 piezas de valor arqueológico incalculable las que se exhiben en una superficie de 73.000 m2. para el turista que sepa bucear. Hasta incluso hay restos de una embarcación romana, anclas gigantes, muelles de carga, columnas de mármol y los restos del rompeolas de la época. Con el oportuno equipo y mapas subacuáticos, el guía muestra a los turistas preparados lo que fue este histórico puerto del rey Herodes.

Con la denominación actual de Keyshaya y situada a 45 Km. de Tel Aviv, la antigua Cesárea de Herodes es actualmente un centro turístico de primer orden, uno de los sitios más exclusivos de Israel. 
Allí se dan la mano lo más antiguo y lo más moderno del mundo actual... Hoteles impresionantes con sus campos de golf, hipódromos y barrios de exclusivas mansiones de arquitectura contemporánea, a escasa distancia de las ruinas del antiguo palacio del rey de Judea. 
-Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar... Así lo dijo el poeta y esa es la realidad.

RAFAE FABREGAT


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