13 de febrero de 2013

0924- EL MUNDO DEL PECADO.

Ante esta frase, la mayor parte piensa en el sexo. A mi modesto entender, el sexo nunca contiene pecado. Ni aún en el caso de ser comprado; porque si el que vende lo hace sin presiones ajenas, a nadie le importa y si se le fuerza a realizar esta "labor", serán en todo caso quienes le obligan los que cometen el pecado. Ahora los catalanes, que dicen ir varias décadas por delante del resto del estado español, han puesto de moda culpar del "pecado" de la prostitución al cliente, pero yo no lo veo así. Será seguramente porque soy varón, pero nunca he usado esos servicios. Sea como sea, yo creo tener derecho a opinar y opino. No todas las que "hacen la calle" son las chicas engañadas por las mafias que dicen ser. Una gran parte de la prostitución, especialmente la mejor pagada, está realizada mayormente sin presión alguna y por "señoritas" a las que no les apetece trabajar y quieren llevar vida de niñas ricas. Ya que hemos de medir a todos con la misma vara, habrá que denunciar doblemente a esos clientes que pagan por una noche de "amor", cantidades que algunos ciudadanos no ganan en todo un año de trabajo...

Comúnmente utilizamos la palabra pecado para referirnos a gran cantidad de cosas que, especialmente desde el punto de vista religioso, se han condenado siempre. Sin embargo hay otros pecados mucho peores que, hasta hace bien poco, se pregonaban muy pocas veces. Me refiero a la corrupción, al engaño, a la usura, a las comisiones bajo mano, al amiguismo y al enriquecimiento injusto. Especialmente el de los bancos y las aseguradoras. Por no hablar de los abusos de toda índole protagonizados por algunos miembros de la Iglesia que, justamente por serlo, son doblemente condenables. Cosas que siempre han existido y que demasiada gente empieza a ver como "normales". Pues bien, yo no sé si son normales pero, si lo son, no deberían serlo. Voy a empezar por el atraco más aceptado por la sociedad: el juego. De todo tipo de juego, que sea legal, el Gobierno tiene un porcentaje abusivo (+/- 40%) y todos nos quedamos tan anchos. Sarna con gusto no pica. A los que no jugamos, bien nos va que un porcentaje importante de lo que los gobiernos necesitan recaudar llegue por esa vía voluntaria, pero eso no justifica el abuso.

Algunos alcaldes se vanaglorian de cobrar un sueldo muy bajo o nulo, por su dedicación al servicio de los ciudadanos, pero viven como reyes sin que se les conozca otra fuente de ingresos... ¿Cómo se come eso?. Yo creo más justo que quienes trabajan cobren lo que corresponda y que no extiendan la mano por detrás. Seguramente esta actitud es norma general en cualquier parte del mundo, pero que sea norma general no quiere decir que sea una forma correcta de hacer las cosas. Aunque sea incorrecto, es obligado admitir que los que pueden luchen por el bienestar de los suyos en detrimento de otros que, tal vez mejor preparados, pueden quedar y quedan en la cuneta. Quien diga que esto no lo haría, no es padre o no dice la verdad. Porque esta clase de cosas han ocurrido siempre y, a pesar de la vigilancia de sindicatos y oposición, siguen sucediendo. ¿Por qué si no hay tanto interés en meterse en política?. Para agarrarse a todas las prebendas posibles. Ojo, que aquí nadie habla de robar... pero si de beneficiarse en lo posible de los diferentes cargos que se ocupan.

Muchos tontorrones creíamos hasta hace bien poco que la gente se metía en política para presumir de cargo. ¡Si, si...!. Para eso y para mucho más. A los que fuimos niños en tiempos de Franco nos enseñaron bien poco de las verdades de la vida. Héroes y santos siempre eran los mismos y siempre del mismo bando. Si hubieran mandado otros seguramente habrían hecho lo mismo. Nos pedían a nosotros, pobres de solemnidad, la caridad que ellos no tenían. El Domund, los Negritos... Nunca nos enseñaron aquello de que "la caridad empieza por uno mismo", pero ellos si que practicaban esa máxima. Yo ya no trabajo, porque ni puedo ni debo, pero voy cada día al negocio que actualmente regenta mi hija. Me entretengo escribiendo y si me consultan algo respondo lo que buenamente puedo. Lo que si hago cada mañana es llevar a mis nietas al colegio y dejar a mi mujer en la plaza del pueblo, donde se queda comprando lo que necesita o simplemente tomando un café... Pues bien, cada día veo en la terraza de los bares a las mismas personas. Personas en edad de trabajar que jamás aceptarían un empleo que implicara esfuerzo alguno. ¿No es también eso pecado?. Si no lo es, debería serlo. 

Ya sé que la entrada está quedando bastante embarullada, mezclando cosas sin ton ni son. Es simple defecto de redacción, porque razones las hay y muchas. Desde mi punto de vista cobrar sin trabajar, pudiendo hacerlo, es un pecado. Y gordo, además. A esa gente algunos les llaman "listos", pero yo les llamo golfos. La palabra correcta sería zánganos, gentuza que vive del trabajo de los demás y que se pasa la vida pidiendo los derechos que en justicia no les corresponden. 
Para finalizar quiero decir que si hablamos de pecados, obligatoriamente debemos hacerlo de vicios, pero el vicio no siempre es un abuso hacia los demás. Uno puede tener vicios que solo le hagan daño a si mismo. Claro que cuando el pecado, frecuente o esporádico, solo produce daños al interesado que lo practica, deja de ser pecado y se convierte en defecto, carencia, imperfección... Todo menos pecado, pues carece de malicia y de corrupción. Es el caso de los desgraciados que se meten en la droga o en la bebida. Porque acostarse con una chica guapa, con pago o sin pago, ¿cómo va a ser eso pecado, si ella está conforme...? 

RAFAEL FABREGAT

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