2 de mayo de 2013

0998- LOS AMANTES DE TERUEL.

Portal de la Andaquilla (s. XII) es el nombre que recibe esta empinada cuesta y la Torre-puerta que la corona, dando acceso al interior del recinto amurallado, a la Torre de San Martín de estilo mudéjar y a la ciudad de Teruel. 
El nombre de Andaquilla procede de la palabra "aldaca", impuesto que pagaban los moros a los cristianos y que consistía en un trozo de aldaca de carnero, que en árabe significa costilla. 
Pincelada histórica por ser inicio de esta historia del amor correspondido entre Juan Diego Martínez de Marcilla, hijo segundo de una modesta familia, y de Isabel de Segura, una rica heredera cuyos padres, no queriendo tan humilde marido, pero incapaces de negarle el deseo de casarse a su amada hija, deciden darle a Juan cinco años de plazo para hacer fortuna y, con este requisito conseguido, poder desposar a Isabel. 
El mismo día que se cumple el plazo y corriendo el año del Señor de 1.217 Juan Diego regresa a Teruel rico y famoso tras participar en múltiples batallas que, gracias a su valentía, le proporcionaros fortuna y honores. 

Accediendo por la cuesta y portal de la Andaquilla, oye Juan Diego el alegre tañido de las campanas que anuncian algún evento importante y apenas pone los pies en el interior de la ciudad es enterado del motivo de tan alegre recibimiento. 
El ambiente festivo y el engalanamiento de la villa se debe a que Isabel de Segura, su amor eterno e incondicional, acaba de desposarse. 
La presión de la familia y un pretendiente de gran relevancia han acelerado un enlace que no debía producirse antes de finalizar el prometido plazo de cinco años desde su partida. 
Los sentimientos de Juan Diego son contradictorios. La cólera, un profundo desazón y rabia infinita se entremezclan en un ánimo derrotado por los acontecimientos.

A pesar de que entiende que los hechos son irremediables, decide ir al encuentro de su amada para que sea ella misma la que le verifique que se ha casado con D. Pedro Fernández de Azagra, hermano del Señor de Albarracín, como le han informado. 
Consigue entrevistarse con ella y enamorado le pide un beso que ella le niega alegando que ahora pertenece a otro hombre. 
Juan no resiste la negativa y como si algo se le rompiese por dentro cae fulminado. El hombre capaz de dar su vida en mil campos de batalla por conseguir el amor de Isabel, ha sido incapaz de soportar que su amor ya no le pertenece y cae muerto. Al día siguiente, aquellos tañidos de fiesta y celebración cambian por otros fúnebres y siniestros. Las risas dan paso a los sollozos entrecortados de familiares y amigos de joven tan querido en la villa de Teruel. 

Sepulcro de los amantes de Teruel.
Una comitiva triste y silenciosa camina por la sinuosas calles turolenses transportando el cadáver del joven amante. El brillante sol del día anterior ha sido sustituido por una mañana oscura y fría mientras del cielo se desprende una fina llovizna que cala el cuerpo y el alma de todos los presentes. El cortejo fúnebre llega al templo y deposita el cadáver en el lugar acostumbrado para ello pero, antes de comenzar los funerales, de entre el gentío sale una mujer con cara velada que se acerca al fallecido. Es Isabel de Segura. Destocándose se acerca a su amado para darle el beso negado en vida, lo deposita en sus fríos labios y se desploma muriendo sobre él. La leyenda dice que murieron de amor, motivo por el que fueron enterrados juntos y así han permanecido hasta el día de hoy...

RAFAEL FABREGAT

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