3 de diciembre de 2013

1202- CUENTOS SUBIDITOS DE TONO.

Un tal Manolo está tomándose una cerveza en la barra de un bar de carretera y liga con la chica que tiene a su lado, de manera que un rato después se van los dos al coche que tiene aparcado y pasa lo que pasa... 
A los cinco minutos la chica le dice que quiere repetir y Manolo atiende la petición con alegría quedando los dos muy satisfechos. El caso es que unos minutos más tarde la chica quiere un tercero. Manolo hace lo que puede pero ella no queda contenta y él le dice que necesita fumarse un pitillo y sale del coche... 
No muy lejos ve a un hombre que está junto a la carretera cambiando la rueda de su coche y se acerca hasta allí.
- Hola, buenas noches.
- Muy buenas.
- Oiga, verá, es que he ligado con una chica que me ha dejado agotado, pero no me gustaría quedar mal. ¿Qué le parece si yo le cambio la rueda, mientras usted le hace el amor?. Luego le dice que va a fumarse un cigarrillo y mientras ya voy yo y como esta oscuro ella no se dará cuenta del cambio...
- ¡Pues claro hombre!. ¿Donde está ella?.
- Ahí delante. En el coche que hay junto aquel árbol.
El hombre va hacia allí, entra en el coche y sin decir palabra se pone a la faena, pero cuando la cosa estaba al rojo vivo, se acerca un guardia civil que ha oído los jadeos y enciende la linterna gritándoles:
- ¡A ver ustedes...! ¿Qué hacen ahí? -les increpa.
- ¿Qué pasa, es que no puedo hacerle el amor a mi mujer?.
- ¿Y por qué no se van a su casa? -responde el guardia.
- Es que hasta que usted no ha encendido la luz no sabía que era mi mujer... 


Una señora acude a un Congreso que celebra su empresa en la Habana y cuando entra en la habitación del hotel encuentra en su cama a un negro de dos metros y un "equipaje" que quita el sentido. 
Hacen el amor una y otra vez hasta que, a la mañana siguiente...
- ¿Como te llamas mi amor? -dice ella despertando embelesada.
- Lo siento pero no te lo puedo decir, porque te reirías -responde el cubano.
Cada día más contenta y relajada va transcurriendo la semana, hasta que llega el día de regresar a España. El cubano la acompaña al aeropuerto y antes de despedirse ella quiere saber el nombre del autor de semana tan inolvidable.
- Por favor, no me dejes ir así, dime como te llamas...
- Venga, vale, pero prométeme que no te vas a reír... Me llamo Nieve.
La señora suelta una gran carcajada y el cubano se queja...
- ¡Ves como te reíste!.
A lo que la mujer le responde:
- Perdona lo siento, pero no me he reído de tu nombre, sino de la cara que va a poner mi marido cuando le diga que estuve toda la semana en Cuba con 35 centímetros de nieve por todo el cuerpo...!


Dos amigos de la "mili" resultan ser compañeros de trabajo en un moderno edificio de oficinas.
- ¡Hombre Antonio!. ¿Qué tal te va?.
- ¡De maravilla Manolo, muchas gracias!. Por cierto, enhorabuena. ¡Que secretaria más guapa tienes!
- Pues ahí donde la ves, te diré que es un robot.
- ¿Qué me dices?. ¿Un robot?. A ver, explícame...
Pues si chico. Todo son ventajas. Además de guapa, domina siete idiomas y un montón de códigos alfanuméricos. Y el ordenador... ¡uf! Domina el word, excel, acces, power point y todos los programas que tú le digas, pero no acaba ahí la cosa...
Si le tocas la teta izquierda toma dictados y si le aprietas la derecha te repasa la agenda. Una maravilla. Si le lames la oreja izquierda te sirve café y si le chupas la derecha te pone el azúcar... ¡Y eso no es todo!. Hace el amor... ¡mejor que cualquier mujer de carne y hueso!.
- ¡Coño, no me digas! -responde el amigo alucinado.
- Lo que yo te diga... ¡Es una maravilla!. Si quieres te la dejo un rato para que te ayude en el trabajo y así la pruebas.
El amigo acepta el ofrecimiento y se la lleva a su despacho. Sin embargo a los pocos minutos se oyen unos gritos espeluznantes desde el baño.
- ¡Ayyyyyy!. ¡Auxilioooooooooo!. ¡Ayúdenmeeeeeeeeeeeee!.
Al oir los gritos Manolo corre hacia el despacho del amigo lamentándose.
- ¡Ay Antonio, perdona...!. Olvidé decirte que por detrás... ¡Es un sacapuntas!


Un bombonazo de veintidós primaveras solo piensa en hacerse rica rápidamente y estando en esas meditaciones se le presenta la oportunidad de casarse con un millonario de 76 años que se le insinúa embelesado. Ella no duda en decirle que si, con la condición de que la haga heredera de su fortuna, pues se promete a sí misma matarle de placer la primera noche de bodas. 
La ceremonia es fantástica, lujo por todas partes y cientos de invitados. 
Y por fin llega la noche de bodas... 
El marido se va hacia el baño y la guapísima novia se quita el vestido y completamente desnuda le espera en la cama en una postura muy sensual dispuesta a rematar la faena. De pronto se abre la puerta del baño y sale el vejete, también desnudo, con una espectacular erección y un miembro de no menos de 25 centímetros, ya cubierto con un preservativo. Más sorprendida aún observa que el viejo lleva los oídos taponados con algodón y una pinza de tender la ropa puesta en la nariz, por lo que asombrada le pregunta:
- Cariño, ¿para qué es todo eso?.
Y el marido responde...
- Perdona chica, pero es que hay dos cosas que nunca he podido soportar. Ni los gritos de una mujer, ni el olor a goma quemada...

RAFAEL FABREGAT

NOTA DEL AUTOR.- Perdón por las inconveniencias, pero este mundo está tan jodido que si de vez en cuando no lo mandas todo a la mierda y te echas unas risas... Saludos.

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