15 de diciembre de 2013

1211- EL PARAÍSO EN LA TIERRA.

Hace más de 5.000 años, mientras en el mundo brillaban las primeras luces de la Civilización Sumeria en Mesopotamia, o la Civilización Egipcia del valle del Nilo, allá a lo lejos, en lo que miles de años después se llamaría el Nuevo Mundo, los hombres de Caral despertaban del anonimato y dejaban también su huella imborrable en el planeta. 
Su gran problema era que estaban obligados a crear por sí solos, no había nadie de quien copiar adelanto alguno y es justamente por eso que todo cuanto hicieron tiene mayor mérito si cabe. Otros pueblos de los viejos continentes interactuaron entre sí y enriquecieron sus conocimientos, pero ese no fue el caso de la Civilización Caral, que se hizo a sí misma, aislada de todo y de todos y a la que, con toda justicia, debemos reconocer como primera civilización americana.

Anterior en 1500 años a la cultura Olmeca, la Civilización Caral se considera primera sociedad organizada del continente americano. Surgió durante los años 3000 y 2000 a.C. en el área norcentral peruana que comprende los valles de la costa, las sierras de Huaylas y Conchucos, el altiplano de Junín y las cuencas y cabeceras de los ríos Marañón y Huallaga. 
Son 120.000 Km2. entre los que destaca nítidamente el Valle de Supe, ubicado en Barranca, junto a la actual Lima, capital de Perú . Solo en los primeros 40 Km. desde la costa han sido encontrados 21 asentamientos de esta civilización, entre ellos la gran ciudad de Caral, que ha servido para identificar a esta cultura contemporánea de la mesopotámica, egipcia e India y antecesora por tanto de la Olmeca de Mesoamérica. En aquel lugar apartado del mundo, también la cultura se abría camino.

La existencia de ruinas monumentales en el Valle del Supe ya era conocida a finales del siglo XIX y fue a principios del XX cuando se llevaron a cabo las primeras exploraciones al respecto. La ciudad sagrada de Caral no sería estudiada hasta el año 1.948, aunque entonces no se pudo determinar su antigüedad. Posteriormente Frederic Engel estudió el lugar en profundidad en 1.970, determinando la naturaleza precerámica del sitio aunque sus afirmaciones no fueron aceptadas por los arqueólogos hasta 1.997. 
Tres años antes, en 1.994, la arqueóloga Ruth Shady llevó a cabo prospecciones en el Valle de Supe y en 1.996 publicó resultados que efectivamente evidenciaban la naturaleza precerámica de la civilización de Caral, como primera civilización andina. Aunque estas afirmaciones se recibieron nuevamente con escepticismo, finalmente se aceptó la evidencia.

El antiguo Perú ha sido reconocido como una de las seis áreas del mundo donde la civilización prosperó de forma significativa y una de las dos que lo hicieron en el continente americano. La otra fue la cultura de Mesoamérica, aunque la de Caral se adelantó en doce o catorce siglos. Hasta ahora, la cultura Chavín (900 a.C.) era considerada la más antigua del subcontinente pero los estudios recientes determinan que, contrariamente a lo que se pensaba, las primeras culturas se desarrollaron en las regiones litorales y no en las zonas altas de los Andes como se creía hasta ahora. Para la mayor parte de los estudiosos, el hecho de que la costa peruana sea candidata a ser "cuna de la humanidad", es algo aberrante que rompe todas las hipótesis que inundan las páginas de los libros de historia y que por lo tanto costaría mucho de aceptar.

Sin embargo los datos están ahí, a disposición de todo aquel que quiera comprobarlos. El fechado con radiocarbono de 10 muestras, de las 95 tomadas en Fortaleza y Pativilva, dieron un resultado anterior al 3.500 a.C., tres siglos anterior a la fecha considerada como momento de aparición de los asentamientos a gran escala y construcción comunitaria. En la cronología arqueológica, Caral corresponde al periodo Formativo Inicial motivo por el cual se considera impactante que esta civilización construyera extensas ciudades en una fecha tan temprana equiparable al nacimiento de la cultura egipcia. Máxime cuando solo con piedra, barro y materias vegetales fueran capaces de construir edificios gigantescos, pirámides escalonadas y escaleras que accedían a la cima donde había incluso habitaciones para los diferentes rituales.

Otro dato extraño en la emergencia de esta civilización es la extrema aridez de la tierra que ocupó la Civilización Caral en el valle de Supe aunque, siendo una región cruzada por 50 ríos que bajan de la cordillera andina, es fácil deducir que una civilización tan desarrollada tendría instalada una irrigación extensiva que proporcionara los alimentos necesarios para un asentamiento humano a gran escala. Un dato que habla por sí solo es que todos los hallazgos monumentales están ubicados junto a importantes canales de irrigación. 
Caral fue sin duda capital y sede de los principales linajes de aquella civilización. Desde allí los diferentes representantes administrarían la vida de todos los pueblos de su jurisdicción. Sin duda la religión era punto de cohesión y forma política de gobernar, controlar a la población y la circulación de su producción.

Actividades conjuntas como la construcción y mantenimiento de las pirámides eran un reconocimiento al poder que fortalecía la identidad cultural. Todos ellos compartían una identidad cultural y formaban parte de una amplia red de intercambio en la que cada cual aportaba su trabajo y conocimientos al bien común. Todo eso está ampliamente representado en los monumentos de carácter religioso y en las plazas donde se llevaban a cabo los diferentes actos ceremoniales, constituyendo la base fundamental de la cultura andina prehispánica. A diferencia de las civilizaciones del viejo mundo, esta civilización no conocía la guerra, sino solamente el comercio de intercambio. En buena lógica, en la excavación de estos pueblos se buscaban armas, pero solo se encontraron flautas. No había necesidad de guerras. Tu me das, yo te doy... ¡El Paraíso en la Tierra!.

RAFAEL FABREGAT

2 comentarios:

  1. Muy buen trabajo.. Sin embargo las editoriales se mueven por motivos políticos, y son financiadas por instituciones que buscan a toda costa tener la razón, so pena de que si no se la dan, deciden prohibir todo tipo de difusión de la verdad, como en el caso de las pirámides de Bandurria Baja, Paramonga-Pativilca, entre otros con más de 5,700 años de antigüedad. En el caso de Sechín Bajo (3,500 a.C.) lo han aceptado casi llorando, pero esta prohibido difundirlo en los canales científicos porque hace quedar como mentirosos a las editoriales de la National Geographic y algunas otras editoriales eurocentristas. Otro caso es el nuevo descubrimiento en Chiclayo al norte del Perú en la localidad de Guayaqui-Cayalti que sería una nueva ciudadela descubierta en el desierto, y sería del 4,000 a.C. anterior a Caral. La verdad no se entiende porque la antigüedad del Perú hace sentir tan mal a tanto exo-político que compra programas para difundir su verdad por motivos marketeros, ignorando las pruebas físicas que hay a su alrededor, y sólo basándose en ideas y fantasías. Hay casas y habitáculos de piedra en Quiriguac en Laredo en Paiján al norte del Perú, y son del 8,000 a.C. también hay casas semicirculares de piedra en Chilca del 8,000 a.C. al sureste de Lima, pero nadie lo difunde porque parece que difundir la antigüedad del Perú hace daño a los chovinistas y políticos del consenso Clovis, y en especial a los pro-templarios y antisemitas que están obsesionados por querer demostrar que ellos son los civilizadores del mundo y que el resto no sabía pensar "ideologías de un grupo que vive en una completa ignorancia por no querer ver más allá de su burbuja". La agricultura en el Perú nació hace 10,500 años en Guitarrero, y con pruebas radiocarbónicas irrefutables, pero como es más antiguo que Europa, China, y Egipto, entonces no se difunde porque no conviene hacerlo, porque hace quedar mal a las revistas científicas que gastaron mucho dinero en difundir adelantadamente sus seudo verdades que sólo a ellos les conviene. En el Perú hay arquitectura monumental en Cerro La Paloma (4,334 a.C.) al sur de Lima, es decir tiene más de 6,300 años de antigüedad y cuenta con una plaza ceremonial hundida de 75 metros cuadrados. En Mangomarca también hay arquitectura sedentaria aunque aldeana de menor tamaño del 6,000 a.C. pero nadie lo difunde, porque como se sabe, difundir la antigüedad de los monumentos arqueológicos del Perú es prácticamente un tema tabú a nivel internacional, porque siempre hace enojar a nacionalistas mexicanos, a chilenos antiperuanos, y a los políticos clovis porque contradicen sus antiguas creencias, y otros que viven obsesionados por querer demostrar que los antiguos peruanos no pudieron crear su cultura y que fueron otros los que se lo trajeron, y este tipo de temas que hacen desahuciar a cualquier pro-templario que hace hasta lo imposible por querer darle sentido a su cultura, ya que no se sienten dueños de este continente, motivo por el cual invierten mucho dinero para impedir que se siga divulgando la verdad sobre el autoctonismo del Perú, como cultura madre de América y Oceanía.
    Saludos cordiales y excelente trabajo.

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    1. Estimado amigo:
      Lo suyo no es un comentario, sino toda una lección de Historia que agradezco en lo que vale. Una verdadera lástima no saber quien es el interlocutor. Aún así gracias, por su interés y sus palabras de ánimo. Aquí tiene un amigo para lo que pueda necesitar. Un abrazo.

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