22 de enero de 2014

1237- ILUMINANDO LAS TINIEBLAS.

REEDICIÓN.
Son las doce y media de la mañana del sábado 18 de Enero de 2014.
Ringggg, ringggg, ringggg.
- Si, dígame.
- ¿El Sr. Rafael Fabregat?
- Soy yo, dígame.
- Buenos días, soy el sacerdote.
- ¡Ah, muy bien, Ud. dirá!
- Le llamaba para decirle que tengo una cosa que mostrarle. ¿Podría pasarse un momento por la Iglesia?.
- Ahora mismo no puedo pues estoy esperando a mis hijas para irnos a comer fuera.
- ¡Eso está muy bien!. Entonces, ¿cuando tendría un momento?
- Pues cuando Ud. quiera. Yo ya estoy jubilado y dispongo de todo el tiempo del mundo. Pero dígame, ¿de qué se trata?.
- Es una sorpresa.

- Lo siento, pero soy poco amigo de las sorpresas. ¿De qué se trata?

- Si se lo digo ya no sería sorpresa. Es algo que le gustará.
- ¿A mí o a usted?
- A los dos, a los dos...
- ¿Y tiene que ser en la iglesia?
- Sí sí, en la misma iglesia.
- Yo es que soy de ir poco por la iglesia...
- Yo no le invito a venir a misa. ¿Qué le parece el martes a las cuatro y cuarto?.
- Pues muy bien, allí estaré.

Si yo fuera de misa diaria y creyente de todo cuanto esta persona explica en cada homilía, podría estar interesado en su llamada, pero no es el caso. La vida me ha llevado a ser escéptico de todo y de todos. ¿Qué le vamos a hacer?. Aún así la educación y la cortesía me obliga a acudir a su requerimiento. De todas maneras, para no conocerme de nada, creo que no es ésta la forma correcta de citar a nadie, lo cual me lleva a pensar que no quiere decirme el motivo porque piensa que si me lo dice no aceptaré la entrevista, lo que no deja de ser una pequeña encerrona. 
Sin duda no me conoce. Afortunadamente, a diferencia de lo que sucede a otras personas, a mí las injusticias recibidas me han fortalecido. En estos tiempos, en los que nadie es quien aparenta ser, la sinceridad es mi bandera y nada me amilana. 
Me equivoco, claro está, pero escribo lo que pienso y al que no le guste que no me lea. Desde mi punto de vista, la hipocresía es el mayor de los pecados y desgraciadamente el más abundante, pero esto viene de antiguo. Tal actitud general me aboca a creer solo a quienes predican con el ejemplo, lo cual es bastante escaso por no decir nulo. Aplaudo la caridad del perdón, claro que sí. Un mal pensamiento lo tiene cualquiera, pero no creo en un Dios que perdona pecados mil veces cometidos y mucho menos por el hecho de contárselos a otra persona tan pecadora como aquel que acude a confesarse. Es decir, no creo en la confesión.

Yo jamás he tenido una conversación con este señor y por tanto no puede tener otro interés en mi persona que refutar alguna de las cosas escritas en mi blog. De ser así -que así será- no hubiera necesitado irse por las ramas, porque yo hubiera acudido igual. 
En más de una ocasión he criticado algunos de los cambios introducidos durante su mandato, pero es mi opinión, que no la única. 
Espantar parroquianos no es justamente lo que necesita una iglesia ya escasa de feligreses, pero allá cada cual. Esta opinión, no demasiado positiva, no quiere decir en modo alguno que en nuestra parroquia se hagan mal las cosas, sino que los que no vamos por allí con asiduidad carecemos de información.

Yo estoy chapado a la antigua y soy poco amigo de los cambios y así lo he hecho saber en este blog decenas de veces.
No busco, como otros, amistades y protagonismos. 
Salir en la foto no tiene para mí el más mínimo interés, especialmente cuando no me gustan quienes hay delante ni detrás de la cámara. 
De todas formas cada cual tiene su punto de vista y en tiempos de democracia cada cual tiene la libertad de expresar su opinión. Aunque sin cruzar ciertos límites, claro está. Sí a la crítica pero no al insulto. Pero sigamos, sigamos...

Con toda seguridad, el párroco pretenderá desmentir alguna de las cosas escritas en mi blog y regañarme por ello. A mí, ¡con 65 años cumplidos!. Supongo que me mostrará los exvotos que retiró de la ermita de la Mare de Deu de les Santes y a las propias Santas. Como he dicho antes, él manda en su parroquia y el que no esté de acuerdo que se quede en su casa. Yo siempre soñé con ir a la misa dominical con mi mujer y mis hijas pero, por unas cosas o por otras, nunca pude ir. Ahora ya es tarde para aquellos sueños. 
No pasa nada, tengo claro que Dios está tan presente en mi casa como en la iglesia... De todas formas, ver a quienes iban por allí, tampoco ayudaba demasiado... 

Ha llegado el día D y la hora H. Son las cuatro de la tarde del martes 21 de los ctes. Faltan pues quince minutos para la cita. ¿Y si este señor fuera una persona caritativa y tuviera algo bueno que comunicarme?. ¡No caerá esa breva!. Esas cosas solo pasan en la TV. Es posible que tenga esa caridad, pero no conoce mi verdadero problema... Se trata sin duda de una "encerrona", pero allí estaré como prometí. 

LUZ EN LAS TINIEBLAS. (2ª parte)

El párroco me esperaba quizás algo nervioso. Yo también lo estaba, ¿para qué mentir?. Lo que tenía que decirme era para él importante y, a pesar de ser el mejor orador que ha tenido la parroquia de Cabanes en los últimos 60 años, no sabía como aclarar sin ofender. No había para tanto. Efectivamente, tal como yo pensaba, quería aclararme lo que yo exponía en mi entrada 0999- CABANES CON SU MADRE, de fecha 5 de Mayo de 2013, en lo relativo a la desaparición de los exvotos de la ermita de Les Santes y el cambio de imágenes de Santa Águeda y Santa Lucía, desaparecidas con las obras de mejora de la ermita.

Los nervios iniciales marcharon con rapidez, puesto que ninguna de las partes tenía el más mínimo interés de disputa y sí de aclaración. 
Que los exvotos habían desaparecido era un hecho consumado, como lo era el cambio de imágenes citadas, lo que sucede es que quienes vivimos ajenos a las cosas de nuestra parroquia no conocemos el cómo y el por qué de las cosas y nos limitamos a criticar, demasiadas veces sin razón. Por lo visto, en las obras de restauración de nuestra querida ermita de Les Santes, el pequeño habitáculo que cobijaba los exvotos había sido convertido casi en un basurero; en tan malas condiciones de suciedad y humedades que los exvotos (cera, prendas, fotos y cartas de agradecimiento a nuestra patrona) estaban caídos por el suelo, podridos y de todo punto irrecuperables

Al menos, así me lo hizo saber el sacerdote y yo lo creo a pie juntillas. 
No vamos aquí y ahora a buscar culpables de tanto abandono. 
Lo cierto es que los masoveros que allí vivían anteriormente, aparentaban no hacer nada pero mantenían un cierto orden que con su marcha se notó a faltar. 
Ante esta coyuntura, párroco y miembros de la junta parroquial adoptaron la solución de quemarlo todo como mejor fórmula para que nadie pudiera hacer un mal uso de aquellas ofrendas. 
Sin duda era la mejor opción, pero pocos la sabían. En cuanto a las santas Águeda y Lucía, efectivamente fueron renovadas pues eran pequeñas para el nuevo altar. 

Quienes pagaron las mejoras de la ermita y el altar que actualmente podemos contemplar, encargaron nuevas imágenes de madera y medidas adecuadas a éste. Las anteriores imágenes esperan en los fondos de la parroquia una posible restauración que engrose algún día el museo allí ubicado.
Aclarados todos estos detalles, el párroco se ofreció a mostrarme el citado museo parroquial, mucho más rico de lo que hubiera podido imaginar. Sería injusto no reconocer la gran labor que esta persona ha hecho por el patrimonio de nuestra parroquia, que es al fin y al cabo el de todos los cabanenses. Sería deseable que también los que no vamos frecuentemente por la iglesia tuviéramos alguna breve información de lo que allí se hace, lo cual evitaría habladurías y quizás captara adeptos. ¿No les parece?. Pues amén.

RAFAEL FABREGAT


Los Reyes Magos en Cabanes.

Mi agradecimiento al párroco local Sr. Albert, por tantas aclaraciones que no me debía, ni creo merecer. También por hacerme llegar el regalo que "los Reyes" le habían dejado para mí en la Iglesia. 
Gracias por su amabilidad y hasta siempre.

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