17 de octubre de 2014

1546- SANTA TERESA DE JESÚS.

Ayer día 15 de Octubre, fiesta de Santa Teresa de Jesús, se dieron cita en Ávila (España) unas 6.000 personas para celebrar una misa concelebrada por una docena de prelados y más de 200 sacerdotes y religiosos, como parte de los actos preparados para celebrar el V Centenario del nacimiento de la Santa, lo cual tendrá lugar exactamente el 28 de Marzo del próximo año. (1515-2015).

Palomar ruinoso de Beatriz de Ahumada, madre de Santa Teresa.
A las cinco de la mañana de ese señalado miércoles 28 de Marzo de 1515, venía al mundo una preciosa niña a la que su padre, Alonso Sánchez de Cepeda, inscribiría con el nombre de Teresa. Dicho nombre no figuraba en el santoral pero, en atención a su abuela paterna, le fue puesto este nombre celebrando su onomástica el día de Santa Dorotea. Alonso era un judío converso toledano, viudo y con dos hijos de su matrimonio anterior. Al poco de morir su esposa Alonso, de 27 años de edad, quedó prendado de Beatriz de Ahumada, una jovencita de 12 años, prima de su difunta esposa en cuarto grado. Aunque lejano, el parentesco requería dispensa que se otorgó en virtud de bula de la Santa Cruzada con fecha 17 de Octubre de 1509. De inmediato se celebró la boda. El novio tenía 29 años y la novia 14. 

Joven noble de la época.
En los dieciocho años de vida marital, la noble castellana Beatriz de Ahumada tendría doce hijos de los que sobrevivirían diez, contando a Teresa que era la tercera. Según palabras de la propia santa: "éramos tres hermanas y nueve hermanos"Con apenas 7 años de edad convenció a su hermano Rodrigo para fugarse hasta tierra de moros con el objetivo de morir mártir. Sin duda las prácticas piadosas de la familia y los libros de romances que Alonso leía a sus hijos, despertaron en la niña su religiosidad. Un tío suyo los encontró y los trajo de vuelta a casa por lo que, viendo fracasado su intento, decidieron los hermanos jugar en adelante a ser ermitaños. Del mismo modo, cuando Teresa jugaba con otras niñas, hacían corros con piedrecitas que simulaban ser un monasterio y jugaban a ser monjas. En 1528, cuando ella contaba 13 años de edad, perdió a su madre. Compartiendo con ella inquietudes, confidencias y una gran pasión por la lectura, a la muerte de ésta pasó de la lectura de las vidas de los santos a los libros de caballería. Comenzó a pintarse discretamente y a galantear con primos y conocidos, lo cual hizo que su padre la internara en el convento de las Agustinas de Gracia de Ávila para que no perdiera el ritmo de los estudios, lugar donde se educaba a las jóvenes nobles. 

Debido quizás a su carácter voluble, en 1535 pidió permiso a su padre para ingresar en el convento de las Carmelitas de la Consolación pero no le fue concedido. No sin pena -como ella misma decía- ante la imposibilidad de obtener el permiso paterno, escapó de casa para tomar los hábitos. Teresa tenía en ese momento 20 años recién cumplidos. 
Aunque nada se sabe al respecto, una grave enfermedad la obligó a abandonar el convento y Teresa hubo de regresar a la casa de su padre. En su convalecencia leyó las Epístolas de San Jerónimo y éstas la decidieron a tomar los votos y entrar en la Orden del Carmelo. Allí, en el Convento de la Encarnación, vivió felizmente con el afecto de monjas y familiares. 

En 1538 cayó de nuevo enferma y, ante la impotencia de los médicos, su padre le llevó una curandera que lejos de curarla la dejó al borde de la muerte. Ya en coma se le preparó la sepultura e incluso se celebró una misa-funeral, aunque cuatro días después volvió en sí y pidió que la llevaran de nuevo al convento. En la enfermería del monasterio pasaría cuatro años, tras los cuales dijo haber sido curada totalmente por la intercesión de San José. 
Siguieron años oscuros para Teresa que en 1542 abandonó la oración e incluso marchó del convento para cuidar de su padre, gravemente enfermo. Su padre Alonso Sánchez de Cepeda moriría en 1542, catorce años después de enviudar. Ambos cónyuges parece ser que descansan en la iglesia del convento de San José, de las Carmelitas Descalzas, donde su hija Teresa reuniera más tarde los cuerpos para su descanso eterno. Lo confirma el Libro de Difuntos de la parroquia de San Pedro, extramuros de Ávila y abierto muchos años después (1765) que, como primera anotación, dice haber recibido los huesos de Don Francisco Ponce de León Espínola, duque de Arcos, Maqueda y Nájera con las siguientes palabras: "...cuyo cadáver fue enterrado primeramente en el Convento de Religiosas de las Carmelitas Descalzas, en capilla suya propia que tienen en dicho convento, y donde están enterrados los padres de Santa Teresa de Jesús".


Tras su regreso viviría diez años más en comportamiento desigual, alternando periodos de desesperanza y de oración. En 1554, estando próxima a cumplir 40 años, tuvo lugar su conversión definitiva. Es ese día cuando, ante un Cristo llagado, nace Teresa de Jesús y comienza su verdadera etapa mística y espiritual. 
Se inician sus visiones y temores antes las tentaciones del Demonio. Conoce a Francisco de Borja y en 1560 encuentra la paz con el franciscano Pedro de Alcántara, manteniendo después estrecha relación con San Juan de la Cruz. En 1562 el papa Pío IV le concede a ella y otras cuatro monjas el traslado al Convento de San José de Ávila que significa el inicio de su reforma Carmelita. Apoyada por el general de la Orden, recorre los caminos de España fundando numerosos conventos. Dieciséis, en menos de veinte años. En ese mismo tiempo escribe ocho libros, decenas de poesías y medio millar de cartas. No estando autorizada a predicar, expresaba sus pensamientos a través de la escritura. En 1575, acusada por la Inquisición, fue condenada a reclusión perpétua en el convento que ella eligiera. Mediante la bula "Pía Consideratione" en 1580 el papa Gregorio XIII concedió a los carmelitas descalzos una provincia separada de los calzados. 


Altar Mayor donde se guarda el cuerpo de Santa Teresa.
En Septiembre de 1582 Teresa de Jesús llegó a Alba de Tormes muy enferma y murió el 4 de Octubre a los 67 años de edad. Aunque fue enterrada al día siguiente, entrando en vigor aquel mismo día el Calendario Gregoriano, la fecha en la que fue registrado su entierro era 15 de Octubre de 1582. La enterraron allí mismo, en Alba de Tormes, aunque el año siguiente exhumaron su cadáver incorrupto para llevar una de sus manos con destino a los carmelitas de Ávila. La operación fue llevada a cabo por el padre Gerónimo Gracián que se guardó el dedo meñique para sí. Tres años más tarde los Carmelitas Descalzos pidieron el traslado del cuerpo a su sede en Ávila, obteniendo el permiso de Alba de Tormes a cambio de quedarse el brazo restante. Los Duques de Alba pidieron al papa Sixto V la anulación del traslado y la consiguieron, siendo tres los entierros oficiados a la santa.


Corazón y brazo de Santa Teresa de Jesús.
Su cuerpo, todavía incorrupto, se encuentra en el Altar Mayor de la Iglesia de la Anunciación de Alba de Tormes, custodiado por nueve llaves, a pesar de haber sido despojado de varias partes de su anatomía. También los relicarios de su corazón y el de su brazo izquierdo. Un pie y parte de su mandíbula están en Roma, la mano izquierda en Lisboa y un dedo en París. La primera mano que se le seccionó, que fue la pasión del dictador Franco, estuvo en vida de éste en un pequeño altar del Palacio del Pardo. En 1622 Santa Teresa de Jesús fue canonizada por el papa Gregorio XV y nombrada Doctora de la Iglesia en 1970 por el papa Pablo VI, junto a Santa Catalina de Siena. Esta es, a groso modo, la historia de la vida y muerte de uno de los personajes más populares del santoral de la Iglesia Católica.

RAFAEL FABREGAT

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