27 de mayo de 2015

1770- EL CASTILLO DE DUWISIB.

Cuando hablamos de castillos no solemos mirar hacia el continente africano, pero también allí los hay. Al sur de Namibia nos encontramos hoy con el Castillo de Duwisib, una fortaleza que poco o nada tiene que ver con el paisaje que lo rodea y que, para más inri, no parece haber cumplido nunca una misión defensiva. Más bien parece que su constructor solo pretendía manifestar la opulencia en la que se movía en tierras con la más absoluta miseria. Es fácil ser rey tuerto, en el país de los ciegos. El pretencioso "castillejo" está situado en una región semi-árida de Namibia, a 72 Km. al suroeste de Maltahöhe y construido por el capitán Hansheinrich von Wolf (o Lobo), un militar alemán del Regimiento de Artillería destinado en 1904 a la colonia alemana de Sur África Occidental. 

Herido de guerra, en 1906 regresó a Alemania siendo recibido con todos los honores. Comenzó entonces relación sentimental con Jaita Humphreys, nieta del magnate newyorkino Frederick Humphreys especializado en la fabricación de medicamentos homeopáticos. Dos semanas después de la boda los recién casados decidieron empezar una nueva vida en la colonia alemana del África Occidental. Amparándose en su brillante carrera militar, Lobo presentó solicitud de compra al gobierno alemán de un total de 140.000 hectáreas de tierra en la colonia sudoccidental africana. La petición se recibió con un cierto escepticismo puesto que era la primera que se solicitaba en este sentido aunque, finalmente, se aceptó venderle 20.000 hectáreas al precio de 40 céntimos por hectárea. 

El nuevo matrimonio decidió construir un castillo en las tierras recién adquiridas, que fue bautizado con el nombre de Castillo Duwisib, una residencia inexpugnable dotada de puerta blindada y pequeñas ventanas, capaz de resistir largos asedios. La robustez exterior no impidió el confort de sus moradores y la capacidad suficiente para albergar criados y herramientas. Realizada la compra renovó su petición de comprar otras 150.000 hectáreas y empezó la construcción. Tras dos años de obras (1907-1909) el palacio-fortaleza fue terminado, con amplias habitaciones y salones, así como con una completa y fresca bodega en el sótano del complejo. El castillo fue construido con piedra de una cantera próxima.

Todos los demás materiales de hierro, madera, claraboyas, cemento, etc.) hubieron de ser importados de Alemania hasta el puerto de Lüderitz (Namibia) y transportado mediante carretas a través del Desierto de Namib. El resultado fue una construcción de 35 metros de fachada por 31 metros de fondo, con todas las comodidades interiores antes citadas. Tras varios intentos e incluso viajes personales a Alemania, en 1909 logró su dueño que le concedieran otras 30.000 hectáreas y con nuevos muebles y estas tierras adicionales regresó Hansheinrich a su Castillo de Duwisib, en Namibia. Conocidas las dificultades de la colonia en disponer de caballos y animales de carga, así como de carne fresca, la idea del capitán Hansheinrich era convertirse en suministrador cárnico próximo y eficaz. 

Apenas finalizadas las obras del castillo, cercó la propiedad y soltó 95 vacas y terneros, 18 mulas y burros, 600 ovejas merinas, 10 cerdos, 60 gallinas y pollos, 72 caballos y yeguas, nueve de ellos de pura sangre. Incluso camellos y ovejas de las estepas de Uzbequistán... En 1911 y a pesar de las interesantes ventas realizadas, la cabaña ganadera del Castillo de Duwisib había crecido en 350 animales por lo que su proyecto de futuro parecía bastante racional. Aún siendo protestantes, Hansheinrich y su esposa planificaron también el establecimiento en su propiedad de una Iglesia Católica que diera bautismo y educación a sus peones y familias, todos ellos sin bautizar. 

Sin embargo cuando el 4 de Agosto de 1914 el órgano y las vidrieras de la nueva iglesia llegaron al puerto de Lüderitz, procedentes de los Estados Unidos, estallaba la Primera Guerra Mundial y el barco zarpaba sin llegar a descargar, rumbo a Brasil, intentando escapar de la Marina Británica.
Hansheinrich, como ex oficial alemán, fue detenido por un corto espacio de tiempo. Ya en libertad viajó con su esposa a Nueva York para un tiempo después regresar a su Alemania natal, vía Vigo (España) y el también neutral puerto de Rotterdam en Holanda. Detenidos por la Marina Británica en el Canal de la Mancha el barco fue registrado, aunque el oficial alemán no fue encontrado. 

Tras dos semanas de retraso el Nieuw Amsterdam llegó a puerto y otros dos días después el matrimonio llegaba a Dresde donde ya pudieron contactar con autoridades militares alemanas. 
Comandante en la reserva, Hansheinrich fue movilizado a Francia y en la Batalla de Somme herido mortalmente en el abdomen. Murió el 4 de Septiembre de 1916 en la aldea de La Foret a la edad de 43 años. En el momento de su partida del Castillo de Duwisib en 1914, el matrimonio había dejado la gestión de la explotación en manos de su íntimo amigo Max Graf von Lüttichau. 
Sin embargo al final de la guerra la propiedad fue declarada insolvente, confiscada y vendida a la familia sueca Murrmann. 

El comprador murió al poco tiempo de llegar a la propiedad y su único hijo, aviador de las Fuerzas Aéreas en Sudáfrica, murió al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Una compañía compró la propiedad por 25.000 libras al final de la guerra. El Castillo de Duwisib y las tierras circundantes cambiaron varias veces de manos en poco tiempo. En 1979, tras el bloqueo de EEUU a Namibia, el castillo fue declarado monumento nacional y las tierras divididas y vendidas al mejor postor. Mucho antes (1946) Jaita, la mujer de Hansheinrich, había regresado a Estados Unidos y vivió en Summit (New Jersey) hasta su muerte en 1963. Nunca regresó al Castillo de Duwisib.

RAFAEL FABREGAT

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