18 de junio de 2015

1794- ISABEL II, LA INSACIABLE.

El 29 de Septiembre de 1833 moría en Madrid el rey Fernando VII de Borbón, sin hijos varones que le sucedieran. Solo dos hijas pequeñas: Isabel, nacida el 10 de Octubre de 1830 y Luis Fernanda, nacida el 30 de Enero de 1832. 
Ante esta coyuntura el hermano menor del rey, el infante Carlos María Isidro de Borbón, se creyó catapultado al trono de España, pero nada más lejos de la realidad.
El rey solo tenía dos hijas: Isabel de tres años y Leonor de uno pero tres años antes, el 31 de Marzo de 1830, el rey Fernando VII había promulgado la Pragmática Sanción ya aprobada el 30 de Septiembre de 1789 bajo el reinado de su padre el rey Carlos IV y que no se había hecho efectiva hasta entonces. 
Esta nueva Ley establecía que si el rey no tenía heredero varón, el trono recaería en la hija mayor, lo que excluía la posibilidad de heredar el trono a Carlos María Isidro.


La nueva legislación anulaba el antiguo auto de Felipe V, de fecha 10 de Mayo de 1713, por el cual se negaba a las mujeres la posibilidad de gobernar y heredaba el trono su hija María Luisa Isabel de Borbón y Borbón-Dos Sicilias que reinaría en España como Isabel II. 
Como era de esperar esto provocó la insurgencia del infante Carlos María Isidro y en 1832, hallándose Fernando VII enfermo de gravedad, cortesanos afines a su causa lograron que el rey firmara un Decreto derogando la Pragmática aunque una repentina mejoría hizo que la pusiera nuevamente en vigor. 
Debido a su enfermedad el rey marchó a Portugal y al tener Isabel solamente tres años de vida, su madre María Cristina de Borbón-Dos Sicilias quedó como regente del reino hasta 1840. Aferrada al trono, el general Espartero le arrebató la regencia a María Cristina y tres años después, el 8 de Noviembre de 1843, situó en el trono a la joven Isabel II que acababa de cumplir los 13 años de edad.


A la muerte del rey en 1833 Carlos María Isidro, que no había renunciado a sus sueños, se autoproclamó rey de España con el nombre de Carlos V y dio comienzo la llamada Guerra Carlista. Acorralado por las tropas fieles a Isabel II escapó por mar a Gran Bretaña regresando un año después por Navarra y Vascongadas, en Corte ambulante y llevando a cabo diferentes escaramuzas, con algunos batallones vasco-navarros y castellanos de escasa consideración. La actitud pesimista de sus consejeros ayudó poco a la consecución de objetivos y finalmente en 1839 acabó la guerra con el llamado "Abrazo de Vergara" y la expulsión de Carlos María Isidro y su familia a Francia. Murió en Trieste, en 1855.


Bastante avispada Isabel II maduró rápidamente y a los 16 años ya se le arregló matrimonio con su doble primo Francisco de Asís de Borbón, hijo de Francisco de Paula, hermano de su padre, y de Luisa Carlota de Borbón, hermana de su madre. El matrimonio hizo aguas rápidamente, pero eso no preocupaba a una reina que tenía un partener para cada día de la semana. Oficialmente el matrimonio tuvo doce hijos pero todos dudaban quien sería el padre de cada uno de ellos. De todas formas la mayoría murieron al poco tiempo de nacer. Uno de los cinco supervivientes, el único varón, sería el que reinaría años después como Alfonso XII. La joven reina intentó modernizar el país instalando incluso algunos tramos ferroviarios, pero la clase dominante la utilizó para enriquecerse, frenando el progreso real de España.


En 1855 impulsó la educación pero partiendo de un panorama desolador. Seis mil pueblos no tenían ni siquiera escuela y todavía tres años después solo eran 55 los institutos de secundaria, con menos de 10.000 alumnos. Las universidades españolas apenas superaban los 6100 alumnos y ya en la década de 1860 solo había en España 56 bibliotecas públicas, muchas de las cuales no llegaban al millar de ejemplares. Con un país desarticulado, la industrialización solo fue posible por la perifería y de la mano de empresarios particulares. La incompetencia reinante diezmaba a las familias más menesterosas, especialmente las del medio rural y mientras llenaba las bolsas de los nobles, la reina se dedicaba a la lujuria, su deporte favorito, según todos comentaban. De la gran popularidad inicial, símbolo de libertad y progreso, pasó a ser vilipendiada por todos como imagen de la más absoluta incompetencia, de promiscuidad, de lujuria y hasta de crueldad. Isabel II pasó a la Historia más por su vida lasciva que por su escaso y mal gobierno, que también. La explicación no es otra que la precocidad en la que se vio inmersa en todas sus actuaciones, tanto políticas como personales. Reina a los 13 años y casada a los 16, además con un amanerado al que gustaban más los hombres que las mujeres. Ni sabía gobernar ni tenía quien la frenara a la hora de meter hombres en su cama. 


De ahí las canciones y chascarrillos que el pueblo llano cantaba mofándose de quien no prestaba atención a sus necesidades. Hay que tener en cuenta que Isabel II fue destronada con 38 años. Durante las dos décadas que fue reina de España, con las riendas en manos de unos y otros, su vida era una dedicación constante al lujo y al hedonismo. Como niña mimada y adulada por todos, su constante eran los caprichos y la lascivia irrefrenable que todos satisfacían más por interés personal que por puro placer. Y es que Isabel II era poco agraciada... Mofletuda y con tendencia a la gordura, glotona, de ojos tristes, papada en constante aumento, nariz ancha y cuello corto, rasgos duros y bastos que en absoluto provocaban el deseo de sus parteners. Pero era la reina y convertía en oro todo cuanto tocaba, pues su genio caprichoso la hacía desprendida para quienes sabían complacerla.
 Extrovertida, de escasa reflexión y muy dada a las fiestas gastó toda su fortuna y acabó su vida sin apenas poder pagar a los criados. También en determinados momentos se convertía en tozuda y perversa, más que por su natural forma de ser, por los caprichos a que la tenían acostumbrada todos aquellos que la rodeaban, con el fin de que no se inmiscuyera en sus manejos políticos y económicos. 


El resultado, ya lo saben... Vilipendiada por todos y objeto de burla hasta del más miserable de sus súbditos, acabó su reinado siendo para muchos el centro de todos los males de la patria. La Revolución de 1868 la pilló veraneando en San Sebastián, disfrutando como siempre de todos los placeres terrenales y muy especialmente los del sexo. Apenas le dio tiempo de hacer las maletas y escapar a Francia, abdicando dos años después (1870) en favor de su hijo Alfonso XII. En principio a Isabel II la reemplazó en 1871 Amadeo I de Saboya, hijo de Víctor Manuel II de Italia y de María Adelaida de Austria, biznieta de Carlos III de España. Apenas si estuvo dos años en el trono, que abandonaría debido a la gran inestabilidad política del país. España fue gobernada por varios presidentes republicanos hasta la llegada al trono de Alfonso XII, hijo de Isabel II, en Diciembre de 1874. Pero esa es otra historia...

RAFAEL FABREGAT

NOTA.- Saber más sobre este tema en: http://rafaelcondill.blogspot.com.es/2015/05/1753-el-problema-de-don-fernando.html
Y todavía un poquito más en: http://rafaelcondill.blogspot.com.es/2015/05/1747-la-chufa.html

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