20 de julio de 2015

1831- REPÚBLICA DE KOSOVO.

El final del siglo XX fue época convulsa para las tierras de los Balcanes. Con el debilitamiento del régimen comunista nacieron en la antigua Yugoslavia los sentimientos nacionalistas e independentistas. Bosnia, Servia, Montenegro, Croacia, Eslovenia, Macedonia... El enfrentamiento entre las diferentes religiones fue el detonante que la región necesitaba para explotar definitivamente. Los servios, mayormente católicos, llevaron la iniciativa de una limpieza étnica sin precedentes. Expulsión de los musulmanes, violaciones masivas y sistemáticas, asesinatos indiscriminados. Más de 100.000 muertos.


De estos años de guerra y gracias al apoyo de los EEUU, siempre metido en todos los berengenales del mundo, nació la República de Kosovo. Territorio de 10.887 Km2. habitado por 1,8 millones de personas, que linda al norte y al este con Servia (de la que se independizó en 2008), Macedonia y Albania al sur y Montenegro al oeste. Solo la mitad de los países del mundo reconocieron esa independencia y de hecho Servia continúa considerándola como provincia autónoma dentro de su territorio, aunque ya no intervenga en la administración del mismo. España es uno de los 85 países que no reconocieron esta escisión unilateral.


La mayoría de sus habitantes son de origen albanés, aunque en el norte hay mayoría servia no reconocida por los kosovares. En 2013 y con la mediación de la Unión Europea, firmaron un acuerdo y negociaciones entre ambos países para facilitar el gobierno de esta región. De todas formas el territorio de Kosovo es pobre y decenas de miles de albano-kosovares, desilusionados con la realidad del proyecto surgido de su independencia, abandonan el país a toda prisa. La falta de oportunidades hace que todos los miles de muertos que provocaron la guerra por su independencia hayan sido en vano. La corrupción y el mal gobierno alimentan la disgregación social y la fuga demográfica.

La gente joven, fuerte y preparada, ha marchado ya o está haciendo las maletas. Marchan en busca de un trabajo digno y de unas oportunidades que en su tierra solo encuentran los cercanos a la élite política gobernante y que es la causa del problema. Allí quedan los viejos y las tumbas de los muertos. Paradojas de la guerra. 16 años después de que los aviones de la OTAN expulsaran a Servia de las tierras que le eran propias, los kosovares-albaneses, la abandonan por falta de oportunidades. Atrás quedaron las decenas de miles de muertos, por conseguir un sueño que no tenía realidad alguna, porque la realidad la hacen las gentes y no las tierras.

RAFAEL FABREGAT

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