1 de septiembre de 2015

1871- TRES KILOS DE CHIRINGUITO.

¡Ay que felicidad esto del verano...! Cuesta un poco ponerte en forma, para poder lucir cuerpazo en la playa y ligarte a todo lo que se ponga a tiro pero, una vez conseguido vale la pena. Claro que una vez conseguidos los objetivos... ¡viene el abandono!.


Las fiestas, la cerveza y los refrescos van y vienen como las olas del mar en día de resaca. Ya no digamos los "espetos" y las tapas en los chiringuitos playeros. ¡Y qué fresca está la cerveza de barril, si vienes de un arenal que está a 60ºC...! A mediodía, en España, ya se sabe: la típica "paella" y las jarras de "sangría" van que vuelan. A media tarde, como no podía ser de otra manera, llega una sed para la que no se encuentra solución... La tónica, la cola, o más cervezas es lo que se utiliza para apagar ese fuego interior, pero nada, que no hay manera. Una buena solución sería beber agua pero, ¡beber agua en vacaciones...!


Al final de la tarde un breve paseo por los bares del lugar y tras una cena frugal, vuelta al paseo marítimo. Las terrazas, más refrescos, más cervezas, unos combinados y a esperar que abran las discotecas. 
De momento ya no tenemos sed pero con la música llega el baile, los sudores y la sed. Un cubata o un gin-tónic tras otro hasta que, llegada la madrugada, te entra también el hambre. Unas hamburguesas, una pizza o unos pinchos con cerveza fresquita son siempre una buena solución para engañar al estómago y, de paso, rebajar la tasa de alcohol, no sea que nos hagan soplar a la vuelta al apartamento y nos amarguen las vacaciones...


Hoy estamos a 1 de Septiembre y todo esto ha pasado a la historia pero, ¿verdaderamente ha pasado a la historia?. 
¡Ay amigos!. Pues no, no ha pasado a la historia. El susto ha sido esta mañana cuando, ya llegados a casa y tras la ducha matinal, nos hemos puesto encima de la báscula. ¡¡Tres kilos!!. Sí amigos, tres kilos. ¡Como lo oyen!. Horrorizados por el descubrimiento hemos llamado inmediatamente al gimnasio y ¡menos mal! hay plazas. Pocas, pero las hay. Se ve que no estamos solos en esto de las consecuencias del verano. Claro que, estaba todo tan bueno... La comida, la bebida, los chicos y las chicas, la siesta. Mmmm. ¿Cuanto falta para el siguiente verano?.

RAFAEL FABREGAT

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