26 de octubre de 2015

1922- MAS, ES MENOS QUE NUNCA.

Está claro que Mas no tiene votos suficientes y con tanta corrupción, escondida y a la vista, sus posibles valedores (CUP) le niegan su apoyo. No le queda más remedio y, como no puede ser de otro modo, tendrá que abandonar sus pretensiones presidencialistas y salir por la puerta lateral, derrotado justamente por sus propios compinches. Los registros a su propia sede y a sus compañeros de filas, asfixia al partido y salpica a quienes le apoyaban hasta ahora. La fiesta llega a su fin. Nadie apoya a los derrotados y solo las pulgas saltan sobre el perro flaco. Así es la vida. Los días de gloria están acabando para un elemento que solo se quiere a sí mismo. Debería ir pensando en los que vienen detrás.

La falta de apoyo de la CUP y los continuos registros de la Policía están dejando "desnudo" a nuestro protagonista. Solo las palabras de consuelo de Pujol, su "padre político", suenan en unos oídos acostumbrados a las alabanzas de tiempos recientes. De sobra sabía él, a pesar de su obcecación,  que las papeletas para salirse con la suya eran insuficientes. Las voluntades están muy repartidas y, aún en el caso de ganar, debería saber la mitad de los catalanes no comulgan con sus ruedas de molino. Sea cual sea su proceder, está claro que su carrera hacia la presidencia de la Generalitat ha finalizado con estrepitoso fracaso y debe dejar paso a quienes han de sucederle.

El caso es que los ojos de la CUP se van hacia Neus Munté, actual vicepresidenta y portavoz del Gobierno de Cataluña. Un brillante en bruto que no interesa a todos aquellos que siempre se han apoyado en la corrupción y el favoritismo. Ante esta difícil papeleta, ¿qué hacer?. Posiblemente sigan luchando por mantener a Mas en la candidatura, pero la CUP no parece dispuesta doblegarse. A Mas le salió el tiro por la culata con el anticipo de las elecciones, en busca de una mayoría absoluta que no llegó. En lugar de eso, perdió 12 diputados. La patochada (9N) de un referendo que no fue tal, no sirvió de nada y tampoco evitó la actuación de la Justicia. Todo le sale mal, porque todo lo hace mal. Chamuscado y abandonado por sus compañeros naturales de Unió, pactó con la izquierda radical.

Malos caminos que solo llevan a destinos inciertos. Cataluña sin presidente y sin saber todavía qué persona ocupará el cargo. Solo Dios lo sabe, pero quienes han de decidirlo no son creyentes ni comulgan con las ideas de Mas. ¡Como no suceda un milagro...! Los enemigos acechan desde hace tiempo al Presidente de la Generalitat en funciones. De hecho ya están dentro de la cochinera y cualquier resultado es posible. Sin embargo ya no es tiempo de discursos y peroratas. Mas se ha quedado sin cartas. Casi perdidas las esperanzas, solo un golpe de suerte puede darle la victoria de forma inesperada. Sus enemigos quieren jugar la partida y solo él está dispuesto a darles cartas... ¡Y toda la timba lo sabe!.

Mas, es menos que nunca, pero que nadie se preocupe. Cataluña es mucha Cataluña. España, el mundo y sus gentes lo saben demasiado bien. Amigos, familia, negocios... Todos conocemos a algún catalán, de nacimiento o adopción. Sabemos de su buen hacer, de su afán por el trabajo, de su seriedad. Las gentes de Cataluña no necesitan separarse de España para triunfar. Lo hicieron siempre y jamás necesitaron que nadie les mostrara un camino diferente. La tan cacareada independencia solo interesa a los golfos que quieren vivir sin trabajar y a los trepas que quieren todavía más poder, para arrasar con todo, si pueden. Mientras los catalanes trabajan de sol a sol, los políticos se cambian de chaqueta siempre que les conviene. Pero el trabajador catalán no se deja engañar fácilmente. Ellos saben que los españoles les quieren, de verdad y para siempre.

RAFAEL FABREGAT

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