9 de marzo de 2016

2037- EL DÍA DE LA BODA.

¡Ay amigos, qué disgusto...! 
350 operarios trabajando a destajo, con todos los inconvenientes propios de un enlace inesperado. Doscientos jamones de pata negra de la finca extremeña de González y medio camión de botellas de cava catalán y total, para nada. Ya lo sabéis, finalmente no hubo boda presidencial...

Los novios acudieron ¡cómo no!, vestidos de impecable etiqueta, pero el enlace no pudo llevarse a cabo por falta de testigos que estampasen su firma en el documento. Ellos se dieron el 'sí quiero' pero no fue suficiente, faltó el consenso de los presentes. De hecho incluso el 'vicario' Patxi López (PSOE) que presidía la ceremonia estuvo a punto de tener serios problemas para dar comienzo al acto. Juan Carlos Girauta (C's), amigo de los novios, pidió la palabra para quejarse del testigo Gabriel Rufián (ERC) por no haber llevado los anillos al altar. Bueno, no estamos seguros si era por eso o por cosas del franquismo, pero algo de eso era...

En una ceremonia en la que no están permitidas las alusiones y en las que todo ha sido siempre amor y concordia entre (la mayoría de) los presentes, el tema se complicaba para el oficiante Patxi López, que no sabía cómo poner fin al embrollo. Lejos de cerrar el tema, el también testigo Rafael Hernando (PP) pidió la palabra para no ser menos que los demás, criticando al oficiante por haber permitido que se interrumpiese tan idílica ceremonia y (por qué no decirlo) histórica como la que más. Desde el propio 'altar' la monaguillo Celia Villalobos, apoyó que se le diese voz y voto al tal Hernando, con lo cual las 'ovejas' empezaron a campar a sus anchas por el 'prado ceremonial'. 

Desmandado completamente el rebaño, desde un otero cercano Joan Tardá (ERC) quiso sumarse a la fiesta y pidió la vez, pero los 'pets de monja y els panellets' se habían terminado y apurando la última copa de cava Patxi López dió por finalizado el rifirrafe. Joan Tarda se desesperaba pidiendo desde el 'cerro' la palabra, pero el oficiante no estaba dispuesto a que la 'Fiesta de Blas' se eternizara y negó la participación al nuevo orador. De nada valieron las quejas, gritos y amenazas de Tardá. La hora del 'recreo' había terminado y habían de volver todos a clase. Tal como era preceptivo se pasó lista y estaban todos, para todo, pero no para dar el consentimiento a los novios. La boda quedaba anulada por 219 votos en contra y 131 a favor. De momento, estamos sin presidente...

RAFAEL FABREGAT

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