21 de julio de 2016

2154- NOVIOS DE LA MUERTE.

Es de sobra conocido, pero siempre es gratificante recordar el histórico valor de la Legión Española. Una élite de militares profesionales catalogada como punta de lanza de las tropas españolas en España y en el mundo, considerada como la unidad más eficaz de la Unión Europea. Su origen se encuentra en la Guerras de Melilla y del Rif, a principios del siglo XX. Concretamente era el año 1909 cuando las tropas españolas se enfrentaron a las cabilas rifeñas en los alrededores de Melilla. El deficiente equipamiento y la nula instrucción de unas tropas sin moral ni espíritu combativo, dieron como resultado 2.235 bajas para el bando español, de las cuales 358 se dejaron la vida en el campo de batalla y otros muchos lo hicieron después en los diferentes hospitales.

De este conflicto surgió en 1920 una escuela militar que se dio en llamar 'Tercio de Extranjeros' y que, gracias a su valor, alcanzó rápidamente fama de ser pilar importante en cuantos conflictos ha participado. Estaba entonces en pleno auge la Guerra del Rif, también llamada Segunda Guerra de Marruecos, consecuencia de la sublevación de las tribus rifeñas. De acuerdo con el Tratado de Fez, se le concedió a España el Protectorado de Marruecos, motivo por el cual el líder rifeño Abd-el-Krim independizó la zona norte creando la República del Rif. Contra tal despropósito lucharon españoles y franceses en varias batallas y desembarcos recuperando las tierras perdidas. Sin embargo en 1921 el Campamento de Annual fue masacrado por la fuerzas rifeñas y los supervivientes huyeron hacia Melilla.

Ante el desarrollo de estos acontecimientos la I Bandera de la Legión, creada apenas un año antes de estos hechos, fue arengada por su fundador el comandante José Millán-Astray y Terreros:
¡Legionarios, Melilla nos necesita!. Quizás en esta empresa tengamos que morir, pero es el momento de demostrar nuestra valía. 
En día y medio el batallón tuvo que recorrer 96 Km. a pie para llegar a Tetuán y de allí embarcaron hacia Melilla. La unidad guarneció en un solo día 15 puestos, protegiendo a los convoyes que se dirigían a posiciones más avanzadas. Allí comenzó la leyenda de la Legión Española, la de 'los novios de la muerte'. Alguien puso de moda la frase de que "moro que no canta, algo tiene en la garganta" y la misma semana una multitud de excombatientes hacían cola, a las puertas de las embajadas españolas en el extranjero, para alistarse a La Legión.

A día de hoy 'La Legión' es pues una unidad veterana, fraguada en conflictos nacionales e internacionales y siempre presente allá donde es necesaria su colaboración. 
Sus soldados se caracterizan por su alta capacidad profesional y por entender la milicia con lealtad y compañerismo. Su objetivo es siempre el del honor y la grandeza de darlo todo en el campo de batalla o allí donde se precisa de sus servicios. Un lema (viva la muerte) se hizo popular entre las filas de los legionarios. Al igual que antes tuvieron los 'Tercios de Flandes', la unidad legionaria se vistió de una mística especial. Naturalmente cuando sus soldados gritan ¡viva la muerte! no hacen otra cosa que afirmar su apego a la vida y a la voluntad de vencer.

Hay una anécdota del coronel José Millán-Astray y de un cadete que estaba ansioso por integrarse a esta formación de valientes milicianos...
- ¿Sabes a qué vienes aquí? -preguntó el general al muchacho.
- Sí, señor. ¡A morir por la Patria! -respondió.
- ¿Quien te ha dicho eso...? ¡No señor, no, te han engañado! -respondió el general.
- Mi coronel, yo... -balbuceó el cadete.
- No señor. Aquí se viene a velar por la noche y por el día; a cavar trincheras; a abrasarte en verano y a helarte de frío en invierno; a luchar sin fatiga; a retirar del campo de batalla muertos y heridos... Después de todo eso, si es necesario, ¡a morir!. 

RAFAEL FABREGAT

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