22 de julio de 2016

2155- EN AGUAS TURBULENTAS.

Lo de Albert Rivera no tiene nombre y a no tardar mucho sus votantes se lo van a hacer pagar muy caro. Navega continuamente en aguas 
turbulentas. El 26J perdió 8 escaños, pero si hay terceras elecciones perderá muchos más. Eso no es un partido, sino una pandilla de chapuceros que no saben ni lo que quieren. Porque en política uno puede ser lo que le dé la gana ser, pero hay que ser algo. Tus votantes, cuando te eligen, han de saber lo que están eligiendo y quienes votan a 'Ciudadanos' no saben en absoluto a donde irá a parar su voto. Es como el baile de La Yenca de los años 60. 'Izquierda-izquierda, derecha-derecha, adelante, atrás, un, dos, tres..." Como algunos jóvenes no sabrán de qué va la cosa pueden clicar el siguiente enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=_3WnFEjfVw4

Desde el momento de su creación Ciudadanos  se identificó como un partido político de 'centro-derecha' y claramente contrario a los movimientos independentistas. Sin embargo ha colaborado en la formación de gobiernos municipales de izquierda radical, como Madrid, Barcelona, Valencia, etc. y se unió tras el 20D a los Socialistas del PSOE en un intento de formar Gobierno conjunto. Ahora está en la labor de hacer lo mismo con el Partido Popular. Pero, ¿en qué quedamos?. Churras, merinas, alcarreñas... Ciudadanos quiere serlo todo, o sea, que no son de nada. Les falta unirse a 'Podemos' cosa que, si siguen teniendo votantes, no tardarán en hacer. ¡Esta visto que el 'naranja' no es un color...!


Parecen no darse cuenta de que su comportamiento es una tomadura de pelo a sus votantes que desesperados ya no saben hacia que destino se dirigirán finalmente sus votos. Parece de locos el que hayan dilapidado de forma tan estrepitosa el caudal de simpatía que lograron en sus inicios. El 'aire fresco' que parecía salir de su ventana se ha tornado en insoportable bochorno sahariano. Estos últimos días parece que vuelve a confabularse con los del PSOE. Los españoles están hartos de tanto mangante y aquellos que creyeron en sus palabras aparentemente centradas y discordantes con lo hasta ahora establecido ven tan solo un pozo seco, vacío de contenido. En su interior no está el agua fresca que creyeron sus votantes.
-Sed lo que que queráis ¡cojones! pero sed algo...

RAFAEL FABREGAT

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