13 de septiembre de 2016

2192- IMPACIENCIA MICOLÓGICA.

Hasta ahora, las zonas micológicas españolas no han tenido la humedad suficiente y allí donde la había, el exceso de temperatura ha impedido la salida de los hongos. Los charlatanes de feria podrán decir misa pero, exceptuando cuatro casos puntuales limitados en espacio y tiempo, la temporada de setas no ha comenzado todavía y como 'alguien' no lo remedie con rapidez, este año nos quedamos sin campaña. Como entenderán los aficionados, hablo en general. Que en determinada zona alguien haya conseguido encontrar cuatro robellones no quiere decir nada. La eclosión de setas y hongos se debe a dos cuestiones fundamentales: TEMPERATURA Y HUMEDAD. No vale una sola de ellas puesto que, para que salgan las setas, tienen que darse las dos circunstancias.

Digan lo que digan (los que dicen) hasta ahora esto no ha ocurrido en la Península Ibérica del año 2016. Pocas lluvias y ¡demasiado calor!. La 'tele' nos dice que mañana entran lluvias y bajan las temperaturas. Eso es lo que se necesita, veremos si es verdad. De todas formas estamos ya a mediados de Septiembre y como esta previsión no se cumpla, mucho me temo que cuando lo haga ya sea demasiado tarde. Hay que tener en cuenta que las setas tardan 15/20 días en aparecer por lo que, si tenemos suerte y llueve por fin, para encontrar los ansiados robellones habremos de esperar a finales de Septiembre o a primeros de Octubre y en el Maestrazgo turol-castellonense esas fechas están muy próximas a las primeras heladas.

A pesar de todo lo dicho, el verdadero aficionado nunca debe desfallecer. El pasado año también se presentaba malo. Por estos lares apenas llovió un par de veces y aunque tarde disfrutamos como niños llenando la cesta tantas veces como salimos al campo. El único problema de que llueva tarde es que la temporada se nos antoja demasiado corta pues los fríos se nos echan encima y se terminó la alegría micológica. Está visto que todo lo bueno dura poco... Las setas son pura naturaleza y, como todos sabemos, últimamente el tiempo no acompaña mucho. Llueve poco, tarde y mal. Antes, cuando todo era diferente, en pleno verano también había tormentas y antes de finalizar el mes de Agosto estábamos cansados de recoger setas. Ahora hemos de esperar a finales de Septiembre...

En este caso solo podemos pedir una cosa, además de la lluvia... La solución a nuestro problema es que también se retrasen los fríos. Aunque pueda haberlas a lo largo de todo el año, las setas son cosa del otoño y ya que últimamente su llegada se retrasa, solo debemos pedir que también el invierno se retrase y de este modo todo quede a la par. El problema es tan solo para aquellos Ayuntamientos que cobran por expedir permisos a los aficionados a buscar setas. Se reduce la temporada, se reducen los ingresos. Todo gira alrededor del dinero... ¡Mecachis en la mar, se nos jodió el invento!. ¿Y ahora qué?. Pues no se qué decirles. ¿Por qué no prueban a trabajar?. Ya que buena parte del monte es propiedad municipal sus concejales podrían talar pinos. ¿No?. Pues vale, solo era una idea...

Antes de cerrar esta entrada al Blog quería recordar a todos una serie de normas a seguir, siempre incumplidas por las gentes de antaño y que hicieron mucho daño al monte y a las setas... 
Digan lo que digan los catalanes ¡por favor! no arranquen las setas de cuajo, córtenlas por la base del pie. ¡Ah!, otra cosa... No hurguen la tierra con hoces y rastrillos.  A buscar setas hay que ir con espíritu festivo y no con espíritu guerrero. Si no llegan a todo lo que hay, no pasa nada. Agotar al monte es hacerse daño a uno mismo. Dejemos que algunos robellones queden allí, para que esparzan sus esporas con vistas a la próxima temporada. Claro que esto es muy fácil decirlo. ¡Ay Señor, cuanta codicia!. Y después llegas a casa y... En fin, ¡menos mal que el mundo no es un huevo...!

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