17 de enero de 2017

2322- NO SOMOS NADA.

¡Vaya chasco!. Tanta prepotencia y tanta tontería y ahora resulta que no somos dueños de nuestros propios actos. Parece extraño, pues no es lo que nos habían enseñado, pero los investigadores celulares han llegado a la conclusión de que detrás de la toma de una decisión no estamos nosotros, sino que son nuestras neuronas las que deciden lo que hay que hacer, un motivo más para poder asegurar lo que un servidor siempre ha pensado. Desde hace un montón de años y sin tener ningún conocimiento al respecto, siempre he dicho que nosotros (los humanos) no somos culpables de ser como somos. Unos nacen buenos y otros malos por herencia ancestral y por lo tanto no somos buenos ni malos por decisión propia. Pues bien, ahora resulta que 'los sabios' me dan la razón... Según este estudio, somos títeres en manos de nuestras neuronas. 

Nuestras neurotras son las que mandan. Ellas deciden si hay que aceptar o rechazar una opción determinada, o simplemente no hacer nada al respecto. Inconscientemente ellas saben cual de las opciones puede ser la más conveniente, lo cual no impide errores. Aunque podamos estar equivocados, en nuestras decisiones predomina siempre la ilusión de acertar, pero son nuestras neuronas quienes manejan la maquinaria cerebral y las que hacen que tomemos una u otra decisión, siempre de forma inconsciente. Esas ilusiones creadas por el cerebro es lo que nos ayuda a sobrevivir y lo que nos impide actuar de forma diferente a lo que nuestra conciencia nos marca como camino correcto. De la misma manera actúa la vista... 

El refrán dice que no creamos nada de lo que nos cuentan y de lo que vemos solo la mitad. Pues bien, no está equivocado... La estructura visual está también muy limitada y la mayor parte de las imágenes que creemos ver son un invento del cerebro. La cámara más antigua y mediocre del más mediocre teléfono móvil del mercado, tiene mayor resolución que el ojo humano. El motivo es que el cerebro no precisa de tantos píxeles para elaborar una información de lo que está viendo. Esos 'huecos' los rellena mediante un proceso de construcción normalmente exacto, motivo por el cual de no serlo hablamos de ilusiones. Según los científicos, la toma de decisiones se basa tanto o más en las emociones que no en realidades que harían nuestra vida imposible. 

Nuestra forma de vernos es mejor que la realidad de lo que somos, al menos desde un punto de vista práctico, y así lo entienden nuestras neuronas. Total que, a pesar de que no somos nada, somos la única especie con este control neuronal. De todas formas, este importante cambio implantado en la especie humana no nos ha venido de forma gratuita. Nuestra facilidad en modificar rápidamente conceptos y resoluciones en función de estímulos externos, es un gran avance que pagamos con la presencia del alzheimer. Esa zona del cerebro que nos da una facilidad que solo los humanos disfrutamos, también es la que más prontamente se deteriora. Visto todo lo anterior me surge una duda que también está presente en mi pensamiento desde muchos años atrás... 

Si uno es bueno o malo por herencia genética y no por propia voluntad, ¿con qué derecho podemos y debemos premiar o castigar sus acciones?. Uno es como es porque así ha nacido y por lo tanto no sé hasta que punto es consciente de lo que hace. Nadie es tan bueno o tan malo para merecer un trato especial. Si esto es así, independientemente de que nuestra vida sea un modelo de virtudes o el más puro ejemplo de la maldad más repugnante, ¡todos iremos al Cielo...! Sí amigos, todos iremos. En primer lugar porque en su infinita misericordia Dios nos perdonará a todos pero, en segundo lugar, porque parece estar visto y demostrado que ninguno de nosotros es plenamente consciente de sus actos, ni tampoco culpable, al ser nuestras neuronas quienes determinan las decisiones a tomar.

RAFAEL FABREGAT

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