27 de febrero de 2018

2572- FIN DE LA GUERRA AÉREA.

Con poco más de un siglo de vida, ¿quien iba a pensar que los combates aéreos habían de finalizar tan rápidamente?. Todo hacía pensar lo contrario. La modernización de los aparatos presagiaban que aquel que dominara el cielo dominaría la tierra y así ha sido, pero no por medio de la aviación. Donde ha ganado la aviación ha sido en los viajes comerciales, públicos y privados, pero no en la guerra. La frase "quien domina el cielo domina la tierra" sigue vigente, pero la técnica de bombardeo a largas distancias han hecho innecesario que los aviones dejen caer su pesada carga sobre el objetivo y que, con toda seguridad, reciban las represalias del enemigo. Actualmente los grandes misiles crucero viajan a distancias inimaginables y se estrellan en el blanco sin posibilidad de error.

Los poderosos dominan el mundo desde sus despachos y mullidos sillones, con una taza de café en la mano y solo apretar un botón. La aviación de combate está prácticamente obsoleta dado que drones, auténticos aviones sin piloto, pueden hacer vuelos de vigilancia e incluso bombardear al enemigo. También desde satélites espaciales, a más de 500 Km. de altura, son capaces de ver corretear a los conejos. Claro que los principales enemigos también disponen de estos adelantos y solo el miedo común nos protege a todos. Si la aviación militar está prácticamente obsoleta, imaginemos qué papel puede tener actualmente la infantería... Cualquier atrincheramiento rebelde en los casos urbanos de las ciudades se resuelve rápidamente por medio del lanzamiento de misiles. 

Ya no tiene sentido que la solución se aplique con la técnica del "cuerpo a cuerpo" y tampoco por medio de la artillería pesada o la aviación. ¿Para qué arriesgar hombres y aparatos?. A las primeras de cambio sueltan unos cuantos misiles y "solucionado". Claro que la llamada solución es que el 80% de los muertos sean civiles, gente inocente, muchas veces mujeres, niños y ancianos que nada tienen que ver con la guerra. Por si la destrucción de sus casas no fueran suficiente castigo, el hambre y los impactos de las bombas hacen el resto con esa pobre gente a la que nadie tiene en cuenta mientras, a cientos de kilómetros, los culpables festejan el éxito de la operación. Y todo eso sin que ningún avión militar tenga que despegar del aeropuerto.

Ya solo en el cine se pueden ver los combates aéreos entre aviones de uno y otro bando. En la guerra moderna apenas se reseña el derribo de algún aparato que, en cualquier caso, será también por medio de algún misil tierra-aire y no por el enfrentamiento entre aparatos. Ya no son los "ases" de la aviación quienes ganan las guerras actuales. Demasiado peligroso, teniendo en cuenta que también los actuales aviones de combate luchan con misiles y no con las ametralladoras pesadas como en las guerras del siglo XX. Acabaron las luchas en los cielos del planeta. Hoy más que nunca el resultado de una guerra se decidirá en el cielo, pero ya no serán los pilotos quienes tengan que ver con ello. Para lo bueno y para lo malo, en solo un siglo las técnicas han cambiado mucho.

RAFAEL FABREGAT

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