16 de abril de 2018

2591- MILAGROS.

En tiempos antiguos muchas cosas actualmente normales y perfectamente conocidas, eran consideradas milagros. Uno de los más prestigiosos de aquella época aparece en el "Libro de Josué" (cap.10 v.12-13) que narra cómo este rey israelita, elevando su vista al cielo, pidió a Jehová que detuviera el sol a fin de que su ejército finiquitara la batalla contra los Amorreos. Pero vayamos por partes...
Habiendo Josué conquistado e incendiado la ciudad cananea de Hai, al igual que ya había hecho con Jericó, se unieron los reyes amorreos de Jerusalén, Hebrón, Jarmut, Laquis y Eglón, para atacar a Gabaón que se había unido a Josué. Al verse acorralados éstos mandaron emisarios buscando la protección de Josué y allí acudió él desde Gilgal con sus valientes guerreros. Apoyados por Dios, los Amorreos fueron diezmados y perseguidos por los israelitas de Josué hasta Azeca y Maceda. 


Sin embargo la noche se aproximaba y los enemigos no estaban totalmente aniquilados por lo que, elevando su vista al cielo, Josué le pidió a Dios que detuviera el día...
Sol, detente en Gabaón.
Y tú Luna, en el Valle de Ajalón.
Según el Libro de Jaser, el sol se detuvo y los enemigos fueron exterminados. Mientras tanto los cinco reyes, viendo el devenir de la batalla se habían escondido en una cueva de Maceda pero enterado Josué mandó que la entrada fuera cerrada con piedras. Cuando la batalla acabó y el sol siguió nuevamente su camino, marcharon todos hacia la cueva donde se encontraban los reyes amorreos y Josué los mató y los colgó en unos árboles próximos. A la puesta del sol fueron descolgados y devolviendo los cadáveres a la cueva la tapiaron nuevamente con grandes piedras.


El pasaje bíblico está tan perfectamente relatado que siempre se sospechó que fuera verídico. Esta hipótesis se apoya en la traducción inglesa de 1611 realizada en la llamada "Biblia del Rey Jacobo", aunque la traducción del hebreo no es totalmente correcta y en lugar de decir que el sol y la luna se detuvieron, lo que se interpreta es que dejaron de hacer su recorrido habitual. Sin embargo nunca hasta ahora había podido demostrarse tal posibilidad.
Más de tres mil años después se ha comprobado, por parte de un grupo de investigadores astrofísicos de la Universidad de Cambridge, que efectivamente en la fecha del éxodo de los israelitas a Canaan y su victoria sobre los Amonitas, se produjo un eclipse anular que coincide con la fecha y lo señalado en el Antiguo Testamento. 
Este eclipse ha podido también verificarse en los registros históricos de los faraones egipcios de la época. Por fin se sabe que dicho eclipse se produjo exactamente el día 30 de Octubre del año 1207 a.C. y perfectamente visible desde Canaan, con lo cual se verifica el "milagro divino" y se data el relato de la famosa batalla de Josué.

RAFAEL FABREGAT

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